Baja California 29 de octubre de 2017 (GT).- Hace unos meses escribí sobre un tema muy importante como lo es el de la sociedad conyugal, y mencionaba que al celebrarse el matrimonio pocas veces prestamos atención bajo el régimen patrimonial que lo estamos llevando a cabo, si por sociedad conyugal o separación de bienes y con esto saber cómo administraríamos nuestros bienes durante el transcurso del matrimonio y la forma de liquidar y disolver dicha sociedad.
El tema de la disolución y liquidación de la sociedad conyugal es muy amplio, pero en el presente artículo lo estaremos enfocando en cuanto a saber qué pasa cuando los cónyuges se están divorciando.
Es común que por un sin número de factores como pueden ser, falta de asesoría jurídica, de recursos económicos, o de conocimientos por mencionar algunos, cuando se decide disolver el matrimonio y acudimos ante el Juez, se le hace saber que durante el matrimonio se adquirieron bienes inmuebles se desea “repartirlos“ entre los promoventes y como fueron adquiridos durante el matrimonio celebrado por sociedad conyugal, le corresponde a cada cónyuge la propiedad del cincuenta por ciento de cada inmueble.
Al indicarle al juez que los todavía cónyuges se han puesto de acuerdo en la división de dichos bienes, es decir con que bien se quedara cada uno de ellos, después del divorcio, es necesario formalizar dicha liquidación, protocolizándola, en tal sentido, poniendo los bienes a nombre de cada uno de los ya divorciados, para que cada uno tenga la propiedad del bien o bienes con los que hayan acordado quedarse y sean debidamente inscritos en el registro público de la propiedad y de comercio y así puedan disponer libremente de ellos.
Pocas personas son las que llevan a cabo esta formalización, que es muy importante y así evitar problemas posteriores.
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