Tijuana BC 9 de abril del 2015 (GT). El día de hoy se presentó en El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) el libro “De jornaleros a colonos: residencia, trabajo e identidad en el valle de San Quintín”, producto del trabajo de investigación realizado a lo largo de una década a cargo de la Dra. Laura Velasco, del Departamento de Estudios Culturales, y la Dra. Marie-Laure Coubès, del Departamento de Estudios de Población, ambas adscritas a El Colef, y por el Dr. Christian Zlolniski del Departamento de Estudios México-Americanos de la Universidad de Texas en Arlington, presentes en el evento.
El libro sirve para comprender el proceso de asentamiento que ha vivido una región cuyas condiciones demográficas, laborales, residenciales, de identidad y políticas han sufrido una importante transformación en las últimas tres décadas, señalaron en conferencia.
La región del Valle de San Quintín, indica el estudio, pasó de una población menor a 4 mil habitantes en 1960, a 92 mil 200 en 2010, lo que denota un acelerado crecimiento demográfico que contribuyó al asentamiento poblacional y obligó a transformar la residencia, de campamentos asentados alrededor de los campos agrícolas a colonias independientes a estos.
Asimismo, la dimensión laboral ha sufrido diversas modificaciones que han mermado el peso de la agricultura y han ampliado el mercado a sectores como el comercio, los servicios, la administración o la educación; sin embargo, arroja la investigación, la gran mayoría de los trabajadores del campo, cuyos sueldos alcanzan apenas los 700 u 800 pesos semanales, no se han beneficiado por estos cambios.
Aunque el paso de los campamentos a colonias, en los que los empleados vivían hacinados y sin independencia de la vida del campo, ha generado una autonomía de la vida doméstica y contribuido a la reunificación familiar, también ha creado una serie de desafíos que las familias de la región han tenido que afrontar, tales como el pago de la vivienda, los servicios y la educación, lo cual se dificulta debido a los bajos sueldos que perciben.
El libro hace hincapié en el papel que ha jugado la movilización política de la comunidad de San Quintín para lograr una modificación favorable de sus condiciones sociales y laborales, ya que las manifestaciones ocurridas recientemente, para las que el libro funciona como contexto, no son un hecho aislado, sino que denota lo que denominan un “impulso vital” que ya se ha manifestado antes, primero para salir de los campamentos y asentarse independientemente y luego para establecerse como sociedad.
Entre las observaciones realizadas, agregaron que pese a que sus condiciones sociales han cambiado, en la sociedad sanquintense sigue existiendo un conflicto por definir su identidad, sobre todo por la condición migrante de muchos de sus habitantes e hicieron un llamado para repensar el concepto de jornalero como un trabajador, residente y actor político en la comunidad y no como sujeto de paso.
Este libro es una fuente obligada para comprender los movimientos en el valle de San Quintín que recientemente han llamado la atención a nivel nacional y para analizar las causas que los han suscitado, así como constatar el largo camino que la comunidad San Quintín ha tenido que recorrer para lograr establecerse como una sociedad que aún hoy continúa en construcción.