Norma para marcaje de totoaba, un avance:CIGA

Tijuana, B. C., 23 de agosto de 2017 (GT).- La publicación de la Norma Oficial Mexicana 169, de emergencia para identificar la totoaba que se comercializa legalmente, es un avance importante, pero la estrategia de protección de la totoaba y la vaquita marina debe considerar las necesidades de los pobladores y pescadores del Golfo de Baja California y evitar más corrupción e incompetencia de algunos funcionarios públicos.

Así lo remarcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), explicando que la Norma 169 es de obligatoria para personas físicas y morales que realicen actividades con fines comerciales y no comerciales de ejemplares, partes y derivados de la totoaba (Totoaba macdonaldi) en México.

“Establece las especificaciones de marcaje de ejemplares, partes y derivados de totoaba que provienen del aprovechamiento sustentable en las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre, para poder reconocer su trazabilidad, es decir, el movimiento que tienen desde esas Unidades hasta el comercializador final”, explicó.

Luego de que hoy miércoles inició en Ensenada, Baja California, la reunión trilateral China-Estados Unidos-México para detener el tráfico de Totoaba, Zavala Álvarez aseguró que en este tipo de reuniones no se deben dejar fuera aspectos como la profesionalización de los funcionarios públicos, para evitar la corrupción.

“No deben faltar los temas sociales y económicos de los pobladores y pescadores del Golfo de Baja California; tampoco la corrupción e incompetencia de funcionarios menores que, lejos del profesionalismo, solo depredan el presupuesto y distorsionan el intento de política pública, si acaso sus oficinas centrales tienen claridad y visión de largo plazo”, comentó.

Recordó que el cultivo y reproducción de totoaba es un éxito y logro de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), apoyado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), lo que permite que la especie llegue a las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMAs) para su crecimiento y venta.

“Esta es la manera legal del aprovechamiento de totoaba; las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre tienen como objetivo la conservación del hábitat natural, poblaciones y ejemplares de especies silvestres; también pueden tener los objetivos de reproducción, repoblación, reintroducción y aprovechamiento sustentable”, informó.

También habría que decir, añadió José Carmelo Zavala, que una parte de la producción de los criaderos de la UABC se libera para repoblamiento en el Golfo de Baja California, incentivando de manera indirecta e involuntaria la pesca clandestina e ilegal, con un terrible daño colateral, que es la muerte de vaquita marina, atrapada en las redes agalleras.

“Si bien este es el más publicitado motivo de la extinción inminente de la vaquita marina, no es el único ni el principal; las voces de históricos investigadores de la misma UABC, además con una lógica difícil de refutar, atribuyen como causa de fondo la obvia modificación del ecosistema por la muerte del delta del Río Colorado, algo muy notorio desde la construcción de la presa Hoover”, explicó.

Agregó que la cuenca del río Colorado es una de las más administradas y vigiladas por los múltiples usuarios de su agua, de tal manera que toda el agua tiene “dueño” y dejó de llegar al Golfo, por lo que el Delta se murió y con ello se modificó drásticamente el hábitat que comparten la vaquita marina y la totoaba.

“Apenas hace unos pocos años, los gobiernos de Estados Unidos y México lograron un acuerdo histórico, con mucha gestión de sociedad civil y académicos, para permitir llegar un pequeño flujo de agua al Delta, el flujo pulso, un modesto y significativo esfuerzo por restaurar el ecosistema; desgraciadamente el optimismo no alcanza para suponer que esta recuperación de su hábitat salvará a la vaquita marina de la extinción”, reconoció.

La reunión en Ensenada, finalizó, es en seguimiento a los esfuerzos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, iniciados antes con el gobierno de China, ojalá estemos a tiempo; estaremos atentos para dar seguimiento a los trabajos y al plan de acción que resulte, la más elemental coordinación seguro abonará a la causa de la vaquita marina.

Zavala Álvarez, ingeniero bioquímico con maestría en Bioingeniería, egresó del Programa de Estudios Avanzados en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Colegio de México; es también miembro del Comité Consultivo Nacional de sustancias químicas, materiales y residuos peligrosos sujetos a convenios internacionales.

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