Nadando de muertito

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 3 de noviembre de 2015 (GT).- El pasado fin de semana, los Alcaldes del país, que acudieron a la Conferencia Anual de Municipios de México, que se llevó a cabo en Chihuahua, se regresaron a sus respectivos lugares, sumamente desconsolados.

Y no fue para menos. La mayoría de los gobiernos municipales de México, 2,457 en las 31 Entidades federativas, más las 16 delegaciones federales, de la capital del país, quisieron aprovechar el evento, para pedir al Presidente Enrique Peña Nieto, una reforma de Estado con festino municipalista, en la que se les asignaran mayores recursos.

Este ha sido un sueño de los Alcaldes de México, que el gobierno federal les entregue más recursos, para superar la crisis financiera que afrontan, la mayoría de ellos.

A principio de la presente administración federal, se estableció la posibilidad de hacer algo al respecto. Implementar mecanismos, para frenar las deudas de los gobiernos locales, y que el gobierno federal acudiera en su auxilio, para regularizar sus finanzas.

Muchos políticos, a fin de proyectar sus carreras en la función pública, hipotecaron las finanzas de los gobiernos municipales, para realizar obras de relumbrón, sin importarles que con ello los empujaban a enfrentar condiciones de precarismo.

Los adeudos que contraían, no solamente embargaban las participaciones federales a largo plazo, sino que impedían a las futuras administraciones, el poder plantear nuevos proyectos, para solucionar viejos problemas.

El caso del PIRE, en Tijuana, es uno de los ejemplos más claros, al respecto.

A principios de 2013, el gobierno federal disipó las dudas y advirtió que sí se trataría de regular las deudas, pero que el gobierno federal no rescataría a ningún Ayuntamiento.

Hoy, la mayoría de ellos, son meros administradores de deudas y cada día es mayor el deterioro que registran sus comunidades. Los recursos que captan, apenas si les alcanzan, para pagar sus deudas, y los intereses correspondientes. Aunque el mayor porcentaje de sus presupuestos, se destinan para cubrir sus respectivas nóminas.

Con “el agua hasta el cuello”, los Alcaldes del país, a través de la Conamm, pidieron a Peña Nieto, que les lanzara un salvavidas.

La respuesta del Primer Mandatario, fue fría y cruel. Prácticamente les dijo que se rasquen, con sus propias uñas.

El sábado, en la clausura de los trabajos, que con tantas ansias e ilusiones esperaban, Peña Nieto dijo a los alcaldes, que no pueden “nadar de muertito”, ni mucho menos pretextar que no tienen recursos para garantizar el trabajo en favor de los ciudadanos.

Y no solo eso, les conminó a cumplir sus promesas, advirtiéndoles que son tiempos de mayor exigencia y de hacer bien las cosas.

Como “balde de agua fría”, cayeron las palabras del Presidente de la República. Estaban esperanzados en que cuando menos les diera un paliativo. Pero nada. Prácticamente les regaño, por andarle pidiendo apoyo. Mejor, ni hubieran dicho nada.

Los Alcaldes plantearon en su propuesta de reforma, que les dieran mayores recursos, para servir mejor. El Presidente, casi los puso como “palo de gallinero”.

Ante dicha propuesta, el Jefe del Ejecutivo Federal les dijo : “más allá de estar a la espera de cambios o de reformas que posibiliten realmente, a decir de muchos, que los municipios estén en capacidad mayor de asumir su propia responsabilidad, hoy asumamos de frente al marco que hoy tenemos, no podemos evadir responsabilidad”.

Así mismo, les advirtió que se tiene que trabajar y dar resultados, por lo que “nos lleva a tener muy claro una cosa: esta es una tarea que compromete los esfuerzos de todos los órdenes de Gobierno, porque no se vale, lo que no es admisible para el orden municipal, es evadir la tarea, pretextando no tener suficientes recursos, no tener suficientes capacidades y a veces hasta “nadar de muertito” y dejar que esta tarea vengan a hacerla otros”.

También les dijo, que en la actualidad se viven tiempos de mayor exigencia social, “cada vez se espera de resultados visibles y tangibles, prontos e inmediatos”, por lo que les recomendó que se debe tener muy en claro, trazarse objetivos y a partir de ellos y de lo que han comprometido ante sus ciudadanos, que les han dado el respaldo, que les hace ser autoridades constituidas, “dediquen su empeño y su esfuerzo a cumplir con esos objetivos”.

Cual si fuese el maestro frente a grupo, les advirtió que encontrarán en el camino criticas, diatribas, detractores, pero “manténganse fieles al cumplimiento de los objetivos y compromisos que han asumido con los ciudadanos, que les han dado su voto de confianza”.

Como si el discurso, fuese suficiente para aliviar las penas.

Todavía, se atrevió a decirles, que no pueden distraerse, porque lo más importante y el legado que pueden hacer, es cumplir con lo que se ha comprometido. Que se deben impulsar cambios y transformaciones para bien de México y los municipios.

Que deben mantenerse perseverantes en su esfuerzo, “porque puede ser a veces tentador navegar en espacios comodaticios y recoger aplausos de forma fácil”.

Que el mensaje valga para los Alcaldes de todo el país. Y para los que aspiran a dichos cargos de elección popular. Que se atengan a las consecuencias.

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