Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 9 de marzo de 2015 (GT).- Esos espacios en blanco, que se dan en la mente de los individuos, la voz popular les identifica como lagunas mentales. De pronto, “se les borra el tape”. Brincan de un tema a otro, totalmente distinto, y ni siquiera se perecatan de ello.
En algunos otros casos, los aludidos “fingen demencia”. Hacen como que se les olvidan las cosas. Hay quienes les identifican como “fijaciones mentales”, que les llevan a recordar o a olvidar, temas, palabras o detalles, que no les convienen, que les resultan desagradables o que quisieran olvidar.
Viene al caso, hacer referencia a esto, a propósito del panel político, con la participación de cinco exalcaldes de Tijuana, organizado por Coparmex Tijuana y en el que se planteaba como cuestionamiento central : ¿Hacia donde debe ir Tijuana?
Parecía absurdo, e incluso “de mala leche”, que los señores de empresa, armaran un “show” especial, para que cinco individuos, que gobernaron a Tijuana, algunos de ellos en forma tan desatinada, que en cierta forma son los principales causantes de la problemática que le aquejan, para preguntarles : ¿Hacia donde debe ir Tijuana?
Se advertía, una malévola intención de enjuiciar y exihibir al Alcalde Jorge Astiazarán Orcí, observando las supuestas fallas de su administración y diciéndole a voz en cuello, por dónde debe guiar a esta ciudad.
En caso es que el moderador del panel, naufragó en una laguna mental, al tal grado de que al final de cuentas, se les olvidó plantear a los panelistas, la pregunta que se pretendía fuese el eje central del evento : ¿Hacia donde debe ir Tijuana?
Como no hubo tal pregunta, cada panelista “agarró monte”, recordando los aspectos, presuntamente positivos, de sus respectivas administraciones. Lo confiesan, o argumentan ellos mismos, cuando se les cuestiona la razón por la cuál no hicieron precisiones al respecto.
Y si al moderador, se le olvidó cuestionarles, ¿Hacia donde debe ir Tijuana? a los panelistas les dió una laguna mental mucho mayor, pues cada uno de ellos, olvidó referir los errores o excesos de sus respectivas administraciones. Por ello, omitieron mencionar, hacia dónde llevaron a esta ciudad, con sus pésimos gobiernos. Al menos aquellos que fueron artífices de las crisis políticas y financieras de Tijuana.
Todo habría sido más sencillo, si los directivos o miembros de Coparmex, hubiesen tenido la voluntad y capacidad, de armar una mesa de trabajo, de análisis y discusión, con individuos capaces, conocedores de la problemática social y económica de la ciudad. Eso de preguntar a los causantes de los desatinos de Tijuana, hacia dónde debe ir, es ridículo y aberrante.
A una semana de aquel simulacro de panel político, Juan Manuel Hernández Brito, expresidente del Colegio de Contadores Públicos de Baja California, se encarga de suplir o cubrir las omisiones de los panelistas. Lo que, obviamente, deliberadamente “olvidaron”, fingiendo demencia. Y esto tan solo desde el punto de vista financiero.
Observó que Tijuana, cuenta con una deuda que asciende a 2 mil 488 millones de pesos, la más alta de los gobiernos municipales del país, cuya autoría atribuye a los exalcaldes Jesús González Reyes, Jorge Ramos Hernández y Carlos Bustamante Anchondo.
Hernández Brito estableció que la deuda pública de Tijuana, se generó en tres etapas. La primera de ellas, con el panista Jesús González Reyes, con la obra del puente del crucero de la “5 y 10”. Luego siguió con el también panista Jorge Ramos Hernández y el llamado “White topping” y finalmente el priísta Carlos Bustamante, que renegoció la deuda de Ramos Hernández.
Recordó que cuando Carlos Bustamante, asistido por Ruffo Ibarra, Secretario de Finanzas, renegoció la deuda, esta ascendía a unos mil 800 millones de pesos. Luego la elevaron a 2 mil 500 millones.
Hace hincapié, en el que el manejo de las cifras relativas a la deuda pública de Tijuana, ha sido en condiciones de opacidad. Que no se sabe con precisión, en qué se utilizaron los recursos adquiridos.
Ahí tienen, una de las principales razones por las cuales, el gobierno de la ciudad, que encabeza el Dr. Jorge Astiazarán, parece que hace poco, o que no hace nada. Los recursos disponibles, apenas si alcanzan para cubrir el costo financiero de la deuda pública y algo para limpia, pintado de señales de tránsito y párenle de contar.
En tales condiciones, se requiere ser mágo, para gobernar a Tijuana. Hacer aparecer como que se hace mucho, con tan poco. Gracias a los exalcaldes, que Coparmex casi quiere erigir en héroes de la ciudad.
Aunque aún está disponible la salida fácil, a la que han recurrido en el pasado, que es el solicitar nuevos créditos. El pedir más dinero prestado, haciendo caso omiso a aquello de que : “al que de prestado se viste, en la calle lo desvisten”.
Total, ahí está el caso del panista Jorge Ramos, uno de los iniciadores de esta avalancha de endeudamientos. Dicen que es un buen político, porque endeudó a la ciudad, para mejorar las vialidades. Sin reconocer que, con el costo financiero, hubiese sido más barato, pavimentar con oro las calles.
La Coparmex no se atreve a decirlo, que los exalcaldes son los causantes de las calamidades de Tijuana. En lugar de criticarlos, les hace un “show”, para que se luzcan. Cual si fuesen patos, prefieren las lagunas mentales.
gil_lavenants@hotmail.com