Tijuana 12 de mayo de 2016 (GT).- En la Arquidiócesis de Tijuana uno de los pilares de la evangelización y del apostolado con quienes más lo necesitan, ya sean migrantes, los pobres, los enfermos, los niños huérfanos, los ancianitos, etcétera, es la vida consagrada, tanto femenina como masculina.
“En nuestra diócesis tenemos en total, con Rosarito, Tecate y Tijuana, 240 sacerdotes, de los cuales 170 son pertenecientes a la diócesis y los demás son religiosos. Y también hay religiosos no sacerdotes: los Hermanos Maristas, los Hermanos Lasallistas, los Hermanos de la Sagrada Familia, y la vida consagrada femenina. Ellas son 500 religiosas que se distribuyen en dos grandes campos: contemplativas y activas”, dijo el Arzobispo Metropolitano, Don Rafael Romo Muñoz.
Detalló que las religiosas contemplativas son más de cien quienes se dedican a la oración ante el Señor, a la clausura, y esta es su forma de vida y de entregarse por bien de la Iglesia y de la humanidad.
Mientras que las religiosas que se dedican a la vida activa son alrededor de cuatrocientas quienes realizan su apostolado en las parroquias, en la vida educativa ya que hay varias escuelas católicas atendidas por religiosas, en la salud porque atienden varios hospitales y la pastoral asistencial quienes se hacen cargo de los asilos, de los pobres, de los niños, de enfermos y en estado terminal, etcétera.
Cada año el Arzobispo acompaña en el mes de mayo a un promedio de cien religiosas a un paseo donde celebran la Eucaristía, comparten los alimentos y conviven.
“Es una actividad muy gratificante tanto para la vida religiosa como para quienes están al pendiente de ellas, en lo espiritual”, mencionó Mons. Romo Muñoz.