La redistritación

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 27 de julio de 2015 (GT).- Uno de los factores que afectarán las elecciones del 2016, en Baja California, es la redistritación electoral, establecida por el Instituto Nacional Electoral. Los dirigentes de los diversos partidos políticos, están todos desconcertados. En especial, para los de aquellos que consideraban que ya tenían todo “bajo control”.

Ya tenían debidamente identificados a los operadores políticos y dirigentes sociales de cada distrito electoral. Ahora, tendrán que modificar las “nóminas” de cada distrito.

A tal grado es el desconcierto, que varios gobernadores, entre ellos el panista Kiko Vega, trataron de bloquear la redistritación, a fin de que se aplicara hasta futuras elecciones y no en el 2016.

En el caso de Baja California, crearon mayores confusiones, cuando en la reforma electoral, la legislatura local estableció que en cada municipio habría cuando menos un distrito electoral. La redistritación aprobada por el INE, dejó sin distrito alguno a Tecate y Playas de Rosarito. Incluso, se alegaba que habiendo sido aprobada la reforma electoral, la redistritación de esta entidad se aplicaría hasta las elecciones del 2018.

Hubo quienes observaron, que hasta el PRI maniobró en contra de la redistritación, en tanto que al gobernador panista Kiko Vega, se le acuso de intentar un fraude en contra de la ley.

Pero como la facultad de distritación, corresponde al Instituto Nacional Electoral, los políticos de todos los partidos tendrán que respetar y acatar la redistritación realizada por el INE. Como dicen, donde manda capitán, no gobierna marinero.

En esta redistritación, el INE dejó 5 distritos en Mexicali, Tijuana 8 y Ensenada 2. Los dos restantes, para sumar 17 distritos, el Distrito 12, de Tijuana, será compartido con Tecate y el Distrito 7, de Ensenada, será compartido con Playas de Rosarito.

Quizás esto fue lo que más agravios ocasionó a los políticos localistas. Los tecatenses tendrán que realizar actividades proselitistas en Tijuana, donde son desconocidos, o visceversa, los tijuanenses batallarán para convencer a los tecatenses.

Lo mismo ocurrirá a quienes aspiren a ser diputados por el Distrito 7, de Ensenada, que será compartido con Playas de Rosarito. Lo más recomendable es que el candidato propietario, sea residente del municipio que será la cabeza distrital y el suplente, residente en el otro municipio.

Al municipio de Mexicali, le quedaron 5 distritos completos, o sea 1, 2, 3, 4 y 5. El 6, que correspondía a Mexicali, fue asignado a Ensenada.
Al municipio de Tijuana, le corresponden 8 distritos, siendo estos el 9, 10, 11, 13, 14, 15, 16 y 17, en tanto que l número 12 lo compartirá con Tecate.

Ensenada, solamente tendrá dos distritos, el 6, que era de Mexicali y el 8, además del 7, que compartirá con Playas de Rosarito. Esto, hará más serias las diferencias entre Ensenada y Playas de Rosarito, por el conflicto de los límites territoriales, que ahora, electoralmente, constituirán una sola zona.

Lo positivo de esta redistritación, es el equilibrio que tendrán todos, en cuanto al número de electores, que serán de 182 mil a 187 mil, cuando que hasta ahora, había distritos con 300 mil electores y otros con tan solo 100 mil.

Esto beneficiará a los candidatos opositores al ganador, pues requerirán de menos votos para lograr una diputación de representación proporcional, como segunda mayoría. Para ellos, un segundo lugar será igual al primero.

Otro aspecto positivo, es que todos los candidatos realizarán un esfuerzo similar, si todos los distritos son de igual número de electores.

Sin embargo, unos y otros, tendrán doble trabajo. Entender y aprender, los límites territoriales del distrito por el que sean postulados, y asimilar los efectos de las reformas electorales.

El problema es que las autoridades electorales no hacen nada para delimitar físicamente cada distrito electoral, creando confusiones entre los propios electores, no solamente entre las dirigencias y candidatos partidistas.

Definitivamente, el trabajo de escritorio, por una parte, y el terrestre, por la otra, será fundamental para lograr triunfos electorales en el 2016.

Para empezar, las dirigencias partidistas deben recorrer los límites de cada distrito electoral y adoptar medidas para su identificación.

Por ejemplo, hacer listas de las colonias y fraccionamientos correspondientes a cada distrito electoral. Colocar cartelones con nombre de colonias y número de distrito, en puntos estratégicos y preparar a los operadores y líderes sociales sobre este aspecto. Si la autoridad electoral, no lo hace, corresponde hacerlo a los partidos políticos.

Difícil la tienen los que aspiren a participar en los comicios del 2016, por la vía de las candidaturas independientes, sin operadores y desconocedores de los aspectos técnicos.

Para unos y otros, las elecciones del 2016, aunque más activas, que las de este año, por el tipo de cargos de elección popular, diputaciones locales, alcaldías, regidurías y sindicaturas, serán algo así como navegar contra la corriente. Y quizás peor que eso.

Quienes deseen entrar a la contienda, deberán pensarlo, al menos dos veces.

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