La rebelión azul

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 24 de junio de 2015 (GT).- Luego de las elecciones del 7 de junio, que los panistas califican como un desastre nacional para el PAN, “el peor en los últimos 30 años”, se desató una “rebelión azul”, en la que además de lamentar las condiciones en que se encuentra el partido blanquiazul, reclaman su reencauzamiento, bajo la advertencia de que si no cambia, habrá más fracasos electorales.

Esto, prácticamente empezó, al día siguiente de los comicios, y ante los resultados pésimos para el panismo. Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, además de que se autodestapó como aspirante a la candidatura panista para la Presidencia de la República, señaló que para el PAN, fue el peor en 25 años.

Obviamente olvidó, o disimuló desconocer, que al terminar el sexenio de su esposo, el PAN quedó en ruinas y que a Gustavo Madero, le tocó recoger los escombros. Levantó una mampara, que prendió con alfileres, y que manejó como partido político, participando en la firma del Pacto por México.

Hoy en día, muchos panistas quieren linchar a Madero, pues consideran que su participación en el Pacto por México, es lo que le dió el “tiro de gracia” al Partido Acción Nacional. Hasta él mismo, reconoce : “nos salió caro firmar el Pacto por México”.

Hecho el recuento de los daños, en atención a los resultados electorales, muchos panistas están convencidos de que Madero, no solamente no pudo reconstruir al PAN, sino que los escombros que dejó el calderonismo, los pulverizó. Lo que los tiene, más que preocupados, escandalizados.

Luego de Margarita, el exdirigente nacional del PAN, Germán Martínez, recriminó severamente a Gustavo Madero, de quien dijo, que si pudo firmar el Pacto por México, ahora debería firmar un pacto con los panistas.

Incluso, se ofreció servir como intermediario. Bajo varias condiciones : Que no haya dueños del padrón de militantes. Buscar a los Broncos de todo el país, militen o no milliten. Redefinir el partido ideológicamente y que no se excluya a nigún panista.

Germán dijo que el PAN requiere cambios internos, para generar identidad y reconstruir la confianza de los ciudadanos. “Nos descuidamos, relajamos nuestro sentido moral, la decencia, la virtud, los controles y la rendición de cuentas. Relajamos eso, con el ánimo de volver a tener el poder, a la costa que sea”, señaló.

También dijo que los resultados obtenidos en la elección de este año, fueron malos “y sin contemplaciones, hay que decirlo” a la vez que hizo hincapié en que los panistas deben asumir su responsabilidad “en desencantar a los ciudadanos”.

Luego apareció Ricardo Anaya Cortés, el joven coordinador de la fracción parlamentaria panista en la cámara baja, manifestando estar dispuesto a sacrificarse como dirigente del Partido Acción Nacional.

Que estaba dispuesto a romper el círculo vicioso de los grupos que dañan al PAN. Aunque tuvo el cuidado de no referirse a los maderistas, pues forma arte de dicho grupo y, por lo tanto, pudo haberse mordido la “lengua”.

Nadie creyó en la supuesta sinceridad del joven legislador, pues es hechura de Gustavo Madero, quien durante los comicios de este año le encargó la dirigencia nacional partidista. Se tiene la sospecha, y algunos la seguridad, de que, de volver a dirigir el PAN, sería solamente el representante de Gustavo, su tutor o padrino.

Pero todo eso, no fue nada. El pasado lunes, por la tarde, Javier Corral Jurado, Senador por Chihuahua, a través de un video que circuló por las redes sociales, dió a conocer sus intenciones de ser el futuro dirigente nacional del PAN, puso “como lazo de cochino” a Gustavo Madero y convocó a los panistas del país a una rebelión, para rescatar al partido blanquiazul.

Incluso, entre otras cosas, dijo que : “la candidatura –no mencionó a Anaya, pero evidentemente a él se refería- presumiblemente de unidad, que busca imponer el consorcio que detenta el poder en el partido, no puede ser la respuesta a lo que nos está pasando”.

“Mucho menos –agregó- decir, que quien compita frente a esto, lo que pretende es dividir. Que atenta contra la unidad”, aseverando que al PAN nunca lo ha debilitado la competencia interna. “Lo ha debilitado –dijo- la corrupción, el compadrazgo, la ineptitud. La onda grupera”.

Para Corral, todo eso “nos tiene donde estamos. El silencio cómplice y el atroz individualismo que muchos compañeros toman, viendo solo por su interés”.

Luego enfatizó que : “El partido necesita una renovación profunda y desatarlo de su acuerpamiento con el gobierno de Enrique Peña Nieto, que mantiene al partido, indiferente frente a la corrupción que enloda al Presidnte y a buena parte de su gabinete”.

“Este contubernio –agregó- que se da también en no pocas entidades del país, entre nuestros directivos locales y gobernadores corruptos”. Puede tener la seguridad que aquí las cosas son diferentes. Los sumisos y cómplices, son priístas y aliados. El Gobernador Kiko Vega, es panista.

¿Hasta dónde llegará la rebelión azul? Hasta que entiendan que desligarse del gobierno y al ser solo oposición, vivirían desempleados. Y vivir fuera del presupuesto, dicen, es vivir en el error.

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