La partidocracia

Por: Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 24 de marzo de 2016 (GT).- Uno de los grandes problemas de los mexicanos, es la partidocracia. Más de 100 millones de personas, un cincuenta por ciento en condiciones de pobreza, para quienes los políticos son unos zánganos.

La política, en términos generales, no soluciona problemas. Los crea.

Los políticos, surgen con el anhelo de encabezar o dirigir un partido político, porque al lograr esto, tienen asegurados puestos públicos de representación popular, bien pagados.

A partir de ahí los partidos son una carga económica. Y se convierten en un mal social.

Hasta antes de 1989, en Baja California, independientemente del número de partidos políticos existentes, el gobierno era unipartidista. El PRI era el único que ganaba elecciones.

Luego, obligados por la globalización, los priístas tuvieron que abrir la puerta a distintas corrientes políticas. A partir de entonces, surgió la partidocracia. Que se convirtió en una enfermedad social.

Y esto, no solucionó nada. Complicó las cosas.

Surgía un partido político, que luego entraba en descomposición. Sus directivos crearon tribus o grupos, peleándose la dirigencia. Si no lo lograban, pues formaban un nuevo partido.

Y así empezaron a surgir nuevos partidos políticos. Hoy en día, los partidos políticos son como una franquicia comercial. Permiten, participar en el gobierno y vivir de los recursos públicos.

La primera meta, de cada organización política, es conseguir una silla, en la mesa principal. Donde se reparte el botín : llámnese puestos de elección popular.

A mayor número de sillas, conocidas como curules, mayor número de rebanadas de “pastel”. El número de representaciones, determina el tamaño de las organizaciones, políticas.

En tanto crean una nueva organización, pelean por la dirigencia de aquella en la que ya militan.

Siendo un país de pobres, que cada día empobrecen más, podría pensarse que los partidos emergentes o de reciente creación, son los más poderosos.

Pero no es así, porque los mexicanos no confían en los políticos. Están convencidos de que los políticos no tienen la solución o fórmula para vivir mejor. Ni les interesa.

Mejoran las condiciones de vida de ellos, pero no las del resto de los mexicanos.

Y es que, en lugar de combatir la corrupción, buscan que también les toque algo. Es como ver a los cochis, felices, batiéndose en el lodazal.

A manera de broma, pero con bastante sarcasmo, circula un chascarrillo, que advierte que en los próximos comicios, votarán por Alí Baba. Porque con ello tendrán la seguridad que, nada más habrá: 40 ladrones.

De otra manera, por cada político, le abren la puerta a la familia de este y a los amigotes, y a una enorme cadena de sujetos, ligados por lazos familiares, y ligas comerciales. Interminable.

Observen las representaciones que tiene cada uno de los partidos en el Congreso de la Unión. Los de la izquierda, supuestamente identificados con pobres, son los más pequeños.

Los del centro y la derecha, identificados, básicamente, con la clase patronal, son los más grandes.

Parece una ironía, pero refleja las injusticias de México. Las clases pobres, están pobremente representadas. Las ricas, cada día se empoderan más.

Dicen que dinero, llama dinero. La política implica dinero para los políticos, negocios. Los empresarios, van a la política, porque les atrae el dinero. Les facilita hacer negocios.

Políticos y empresarios, forman una dupla peligrosa.

Pero, curiosamente, siendo mayor el número de mexicanos, en condiciones de pobreza, están pobremente representados, porque los pobres están decepcionados de los políticos.

Para los pobres, los políticos son iguales. Independientemente de la corriente política. Sean de derecha o izquierda.

Todo, porque hay una ausencia, casi total, de líderes. Al igual que los de la derecha, los de la izquierda, andan en busca de privilegios. Las metas de ambos, son similares. Ninguno lucha por mejorar las condiciones de vida de los pobres.

Esa es la triste realidad del sistema político mexicano. La partidocracia implica una calamidad. Independientemente de los colores de las diversas corrientes políticas, el panorama es gris, para la mayoría de los mexicanos.

Notas relacionadas

Stay Connected

0SeguidoresSeguir
0SuscriptoresSuscribirte

Lo ultimo