Hacia el 2018

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 4 de diciembre de 2016(GT).-Los políticos, no arreglan el mundo, pero siempre están pensando en lograr el poder. Olvidando sus dimensiones, se la pasan echando bravatas.

La mayoría de los partidos opositores al PRI, muestran enorme interés por los posibles resultados de las elecciones del 2016, para de ahí hacer estimaciones para la presidencial del 2018.

En este año, habrá comicios en 12 entidades, de las cuales solo en Baja California no habrá elecciones para Gobernador. La de la gubernatura, aquí será hasta el 2019.

De los 3 partidos medianos, PAN, PRD y Panal, este mes determinarán si integran alianzas para los comicios de este año, cuya fórmula también podrían aplicar para el 2018.

Los panistas afirman que no pierden las esperanzas de volver a lograr la Presidencia de la República, después de que la mantuvieron durante dos sexenios. El problema es que desaprovecharon la oportunidad, como partido político, aunque la aprovecharon, en exceso, en lo individual. Robaron con descaro.

Luego de 12 años en el poder, el Partido Acción Nacional, quedó en codiciones desastrosas, de las que aún no se puede recuperar. Ahora, basa sus espeanzas de éxito, en el fracaso del peñanietismo.

El PRD, logró su máximo nivel, con Andrés Manuel López Obrador. La debacle se dió cuando “El Peje” decidió formar su propio partido político, Morena, y los perredistas han tratado de sobrevivir sin el tabasqueño.

Sin embargo, la llamada izquierda, está sumamente fracturada. Lo que fuese lo más sólido del perredismo, emigró al Movimiento de Regeneración Nacional.

Unos y otros, sueñan con que “juntando sus canicas”, pueden alcanzar el tamaño que requieren, para desplazar al PRI. La lucha le hacen, pero los números indican que ni juntos podrán vencer al priísmo.

Veamos la posición de las diversas fuerzas políticas.

El Senado, por ejemplo, de 128 senadores, 52 son del PRI, 38 del PAN, 22 del PRD, 9 del Partido Ecologista de México, 5 del Partido del Trabajo, 1 de Movimiento Ciudadano y 1 de Nueva Alianza.

De esos solamente el 50%, o sea 64, llegaron por haber ganado en las elecciones. 32 fueron por haber sido la primera minoría en los comicios y otros 32 son de lista o representación proporcional.

En el caso de los 500 diputados federales, 203 son del PRI, 108 del PAN, 56 del PRD, 47 del Partido Ecologista de México, 26 de Movimiento Ciudadano, 10 de Nueva Alianza, 8 de Encuentro Social, 6 del Partio del Trabajo y 1 independiente.

De esos, 300 ganaron en las urnas y 200 son de lista o de representación proporcional.

En ambas cámaras, el PRI y sus aliados, Verde Ecologista y circunstancialmente Nueva Alianza, son mayoría. Las propuestas de sus opositores, si no quieren, no pasan.

Por cuanto hace a las gubernaturas, de las 32 entidades federativas, incluyendo el Distrito Federal, 17 son gobernadores del PRI, 7 del PAN, 4 del PRD, 1 de Movimiento Ciudadano, 1 del Partido Verde Ecologista de México y 2 independientes.

De las 12 entidades en las que habrá elecciones en este 2016, 9 son gobernadas por el PRI, 2 por el PAN y 1 por Movimiento Ciudadano.

Si la esperanza, para los comicios presidenciales del 2018, es ganarle al PRI las elecciones de este año, sigue difícil la posición de los panistas y sus posibles aliados.

Los blanquiazules consideran que lograrán aventajar al PRI, si este año consolidan la legislación anticorrupción. Como si los priístas fuesen los únicos políticos corruptos.

Cuando hablan de corrupción, y las supuestas intenciones de combatir a los corruptos, seguramente se muerden la lengua. Lo mismo pasa en Baja California, donde constantemente brotan los casos de corrupción, se hacen las denuncias formales y estas no avanzan. Se quedan atoradas en la Procuraduría de Justicia del Estado, al mando del gobernador Kiko Vega, que es panista.

No se trata de establecer que unos son más correuptos que otros. Sino que, en principio, la partidocracia, además de onorosa para el país, sigue en pañales.

Todos los partidos políticos están pequeñuelos. Más chicos de lo que creen.

Los números, respecto a las posiciones que ocupan en el gobierno, indica el tamaño de cada uno de los partidos políticos y las verdaderas posibilidades de cada uno de ellos en los comicios presidenciales del 2018.

Lástima que los mexicanos no pueden hacer mucho para scaudirse a los políticos. Sobre todo a los mañosos y corruptos.

Nadie debe abrigar muchas esperanzas, en las llamadas candidaturas independientes. Pusieron tantas trabas en la legislatura electoral, para que pocos pasaran.

Y tal parece que los que contenderán como tales, la mayoría serán políticos reciclados.

Por lo tanto, son muy pobres las posibilidades de cambios en el sistema político mexicano.

Si prácticamente son lo mismo. La misma gata, nada más que revolcada.

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