Tijuana BC 31 de marzo del 2016 (GT).- El jefe de la Jurisdicción de Servicios de Salud de Tijuana, Dr. Héctor Zepeda Cisneros aseguró que este la gastritis es una enfermedad prevenible y curable, pero sobretodo aqueja principalmente a personas en edad económicamente activa, es decir de los 20 a 55 años de edad, aunque se registran casos de personas más jóvenes que están padeciendo de los estragos de una mala alimentación, especialmente por el alto consumo de alimentos condimentados en demasía con picantes, alto consumo de sal y refrescos.
La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica, es decir la inflamación del tejido que cubre el estómago, la cual es sus etapas iniciales produce una sensación de ardor y en fases más avanzadas puede ocasionar hemorragias.
Zepeda Cisneros señaló que existen distintas tipos de gastritis, la más común es la producida el estilo acelerado de vida, la mala alimentación, el fumar y beber alcohol en exceso, aunque existen aquellas ocasionadas por infecciones agudas, o aquellas consecuencia de otras enfermedades, por ende el tratamiento para cada una de ellas es diferente.
Debido a lo anterior es importante que las personas ante los síntomas de ardor o dolor después de comer, acompañados de mareos, náuseas, reflujo o acidez acudan al médico para que les indique el mejor tratamiento para abatir los síntomas.
El Titular de la Jurisdicción de Tijuana invita a la comunidad a realizar ejercicio, por lo menos 30 minutos al día, moderar los alimentos altos en grasas, como birria, carnitas y resto de antojitos mexicanos, así como la comida preparada con alta grasa como hamburguesas, hot dogs para evitar este padecimiento.
El fumar e ingerir bebidas alcohólicas y gaseosas es un factor determinante para la gastritis entre muchos otros padecimientos, es por ello que se pide a la población evitar estos hábitos, procurar tomar agua natural, comer una fruta al día, establecer horarios de alimentación, así como verduras en una de las comidas diarias.
Zepeda Cisneros reitero la importancia de NO MEDICARSE sin la previa supervisión de un médico, pues esto puede traer como consecuencia el empeorar el estado de salud de la persona, haciendo que se vuelva más lenta su recuperación o bien llevarlo a tener complicaciones irreversibles e incluso la muerte.