El triunfalismo

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 14 de mayo de 2015 (GT).- Obviamente, con la mera intención de “apantallar” a los rivales, los políticos suelen recurrir al triunfalismo, un método sumamente desgastado y cuya ineficiencia ha quedado plenamente demostrada en comicios pasados.

En principio, parece excelente. Mostrar bríos que no tienen, una confianza inexistente y a las simples y remotas posibilidades, darles un valor, que ni ellos mismos se la creen. Aunque lo contrario sería, iniciar una contienda, cabizbajos, con los ánimos por los suelos. Y eso sería tanto como darse por vencidos, antes de empezar.

Lo que pasa, es que una vez más, los políticos, en este caso los priístas, insisten en utilizar la estrategia de “el espejo”. Aquella que utilizaba la fea bruja del cuento de Blancanieves. El pararse frente al espejo y cuestionarlo : “Espejito, espejito, díme ¿quien es la más hermosa?” y el espejito, temeroso a ser estrellado contra el suelo, responde :”tú, ¿quien más?”.

Hasta hace unos días, la mayoría de los candidatos a legisladores federales, andaban que no los calentaba ni el sol. Enfrentaban un ambiente de repudio o rechazo. La mayoría de los ciudadanos, en cuanto tocaban a la puerta de sus casas, les advertían que no querían saber nada de política, ni de políticos.

En no pocos casos, además del rechazo, les respondían con palabras altisonantes, en cuanto se identificaban como candidatos. Algunos, medio la libraron, cuando de inmediato hacían la aclaración o precisión, de que ellos no eran políticos. Que eran ciudadanos, que aceptaron la invitación a ostentar una candidatura, en el ánimo de aprovechar ese repudio hacia los políticos.

A poco más de 20 días, de que concluya el período de campaña electoral, los visita César Camacho, Presidente del CEN del PRI, y aparentan que todo cambió. Hacen gala del triunfalismo, que en contiendas antreriores, les resultó ineficaz.

Eso de que van a triunfar el 7 de junio, que van a ganar las 8 diputaciones federales, quizás les de ánimos pasajeros, en esta etapa de las campañas, pero no les da ninguna ventaja sobre los rivales.

Distinto sería, si las dirigencias partidistas, actuaran con madurez y seriedad. Si acompañaran a sus candidatos durante varios días, para que conozcan la realidad. Entenderían, que las “calenturas” artificiales, no cambian las cosas para nada.

Es como cuando presumen unidad, y las divisiones entre priístas, son inocultables. Por algo dicen : dime de qué presumes y te diré, de que careces.

Por si fuese poco, insisten en subestimar la realidad socioeconómica que afrontan los bajacalifornianos. Como eso de decir, que los efectos negativos de la homologación del IVA, es una mera percepción. A las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Las dirigencias partidistas andan mal, a partir de la selección de sus candidatos. No son los mejores hombres o mujeres, como presumen. Casi en ningún caso. Y no obstante las experiencias vividas, no les dan una preparación previa. Los candidatos deben ser capacitados, cuando menos con un año de anticipación

Además, los deben sacar de su ámbito de confort y llevarlos a recorrer colonias, también con bastante anticipación. Obligarlos a realizar labores de gestoría social. 60 días de campaña, no sirven para casi nada.

La mayoría son candidatos mudos. Nunca, ni por accidente, se habían involucrado o interesado en resolver la problemática social. Eso de que ahora sí juran y prometen que lo harán, nadie se los cree.

Por si fuese poco, los partidos fallan, todos, sin excepción, cuando aseguran que escogen a sus mejores hombres y mujeres, pero no están al pendiente de vigilar cuando fallan o incurren en excesos. En lugar de cuidarlos y “jalarles las orejas”, los solapan. Los encubren.

Tanto que se decía, que ahora si se tomaría en cuenta la trayectoria de cada quien. Obviamente “se hacen de la vista gorda” y postulan candidatos por consigna, no por convicción, ni mucho menos con el compromiso de efectivamente seleccionar a los mejores.

En especial, la mala costumbre de escoger a los compas, a los parientes, a los ahijados. En estos momentos, por ejemplo, al tratar de adivinar quienes podrían ser postulados para los comicios del 2016, quienes habran de ostentar candidaturas a alcaldes, regidores, sindicos, diputados locales, más que revisar experiencias, capacidades o trayectorias, se trata de identificar parentescos o lazos familiares.

En esta ocasión, las circunstancias son especiales para los priístas. Luego de los comicios, habrá cambios, ajustes en el gabinete presidencial e incluso en las dirigencias del PRI. Dará inicio la segunda mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto.

El país no parece tener rumbo claro. La problemática social sigue siendo abundante y critica. Las mejorías, solamente las perciben los que están encaramados en el aparato gubernamental.

Las inquietudes sociales, los reclamos y señalamientos, cada día son mayores. El triunfalismo es solamente una treta, para tratar de encubrir fracasos y derrotas. Lo delicado es que no hay a la vista, opciones válidas y convincentes.
gil_lavenants@hotmail.com

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