El pueblo sin ley

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 7 de septiembre de 2015 (GT).- Como en los tiempos del lejano oeste, a fines del pasado mes de agosto, se registró un enfrentamiento, entre autoridades municipales de Ensenada y Playas de Rosarito, por el dominio de un pequeño poblado, ubicado entre los límites de ambos y cuyos pobladores hoy se encuentran en la incertidumbre : no saben si son ensenadenses o playarosaritenses y por lo tanto, son un pueblo sin ley.

Parece increíble, algo especial para la historia política de Baja California. Cual si fuesen los tiempos en los que apenas estaba en formación el llamado Estado 29.

Cabe recordar que el 16 de agosto de 1953, se promulga la Constitución Política del Estado de Baja California y el 1 de diciembre de ese año toma posesión el primer gobernador, Braulio Maldonado Sández.

El nuevo Estado 29, nace constituido por 4 municipios : Tijuana, Mexicali, Tecate y Ensenada.

El quinto municipio, Playas de Rosarito, nace cuando el 29 de junio de 1995, el Congreso del Estado aprobó la conversión de Delegación a Municipio.

Habría qué señalar que el conflicto de los límites territoriales, debe remitirse a 1953, cuando se crea el Estado de Baja California o a 1995, cuando nace el municipio de Playas de Rosarito, en territorio de lo que era el municipio de Tijuana.

A lo largo de la historia de esta entidad, se han registrado serios incidentes sobre este tema. Lo cierto es que el asunto ha estado en manos de la Legislatura Estatal, autoridad competente, para resolver este tipo de conflictos.

En una ocasión, los legisladores realizaron una encuesta, para tratar de resolver este problema, aunque la resolución es de origen técnico. Debe remontarse al origen de esta entidad y a la división geográfica de sus muicipios. En especial, Playas de Rosarito, no debió abarcar más territorio que el que pertenecía a Tijuana.

Por ello, es preocupante lo que está pasando. Santa Anita, es un poblado con poco más de 1 mil 200 habitantes, a 50 minutos, al norte de Ensenada y a 40 minutos al sur de Playas de Rosarito. Ante la discusión de los límites, los pobladores no saben, si son de aquí o son de allá.

Entre muchos otros, en abril del 2011, se registró un incidente, cuando trabajadores del Departamento de Obras Públicas del Ayuntamiento de Ensenada, fueron desalojados del poblado de Santa Anita, por supuestos escoltas del Alcalde de Playas de Rosarito.

El problema fue mayor, cuando el entonces Alcalde, Javier Robles Aguirre, fue encañonado, con armas cortas y largas, por policías ensenadenses, durante un recorrido que realizaba en el poblado de Santa Anita. A punto estuvo de registrarse un zafarrancho, cuando los escoltas del munícipe, salieron en su defensa.

Recientemente, a fines de agosto pasado, hubo otro enfrentamiento entre autoridades de ambos municipios.

Lo refería el columnista el domingo 23 de agosto.

“Deplorable escena, protagonizada por funcionarios ensenadenases y de Playas de Rosarto, por el añejo problema de los límites territoriales. Un asunto, de estricto derecho, convertido en un vulgar pleito callejero”.

“Cual si fuesen dos bandos de mafiosos, peleando por el control de una plaza. Una escena ridícula, grotesca, vulgar, retrógrada, ilegal, en la que impera la fuerza bruta”.

“Policías ensenadenses, sometiendo a funcionarios de Playas de Rosarito a base de empeñones, bravatas y amenazas, que a su vez se defienden, sacando las uñas y enseñan los dientes, listos para agredir a sus agresores. Una escena propia de perros y gatos”.

Al final, varios funcionarios de Playas de Rosarito fuerona parar a la cárcel. Tuvieron que depositar fianzas, para recuperar su libertad.

El Secretario General de Gobierno del Estado, Francisco Rueda, se reunió con los Alcaldes, Gilberto Hirata Chico, de Ensenada y Silvano Abarca Macklis, de Playas de Rosarito, para hacerles un llamado a la cordura.

En la legislatura estatal, a lo más que se atrevieron, fue a hacerse llamados, ellos mismos, a resolver este asunto. Pero han de estar sordos, pues no parece que hayan hecho algo al respecto.

El columnista cuestionaba entonces : ¿Y quienes son los responsables de todo esto? Y apuntaba que son varios, con intereses de índole partidista.

Un Alcalde priísta, el ensenadense, Gilberto Hirata Chico. El Alcalde panista, de Playas de Rosarito, Silvano Abarca Macklis y un gobernador panista, Kiko Vega. Pero en especial los legisladores, de todos los partidos políticos.

Pronto, en cuanto inicie el proceso electoral, el poblado de Santa Anita, se convertirá en campo de batalla. La redistritación electoral del INE, les llevará a compartir un distrito electoral.

Para todos ellos, Santa Anita será un botín político. En caso de un incidente, de mayores proporciones, seguro todos se lavarán las manos.

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