El peor ladrón de Tijuana

Por Francisco Ruiz

Tijuana BC 5 de octubre de 2016 (GT).- “Amigo que adula, es amigo que traiciona”, esa es una filosofía con la que gran parte de las personas que he conocido en mi vida no se identifica, ya que en su mayoría prefieren los cumplidos, los halagos, la adulación.

A título personal, prefiero la crítica. La crítica destructiva desenmascara a los hipócritas mientras la crítica constructiva nos ayuda a crecer en distintos aspectos de nuestra vida. Es así como considero que debe replantearse la política: con base a la crítica.

Un partido que no está dispuesto a evolucionar, a adaptarse a las nuevas circunstancias, está condenado a obtener los mismos resultados, aquellos que lo encaminan al fracaso. La mejor manera de conocer las nuevas rutas a explorar es mediante el análisis serio, la crítica externa y la autocrítica objetiva.

Por comienzo de cuentas, tenemos que tener en claro que el quehacer político no es un negocio sino que es ideología, es vocación de servicio, es una firme convicción por trabajar para las mayorías sin descuidar a las minorías.
La profesionalización del ejercicio del poder es prioritaria hoy en día, para ello se requiere de sensibilidad para percibir y objetividad para decidir, motivo por el cual comulgo con la firme idea de promover la participación de profesionistas de la administración pública y ciencia política, los cuales, dicho sea de paso, son jóvenes.

La política con “p” minúscula la escriben los ignorantes, mediocres y oportunistas todos los días, y se llama “politiquería”. Estoy convencido que para evitar caer en esa tentación debemos recurrir a la innovación, a la potenciación de los recursos y arraigar profundamente el hábito de la disciplina. Hacer más con menos.

Hay que tener presente que el recurso humano es un ente fundamental en las arcas municipales, su valor debe medirse en cantidad y calidad, para determinar qué tan rentable es la participación de quienes lo conforman.

El peor ladrón de Tijuana y del mundo, es aquel que nos roba el tiempo es por ello que me atrevo a proponer la aplicación de un software que nos permita conocer las ausencias, retrasos, periodos vacacionales, licencias y demás condiciones de los servidores públicos adscritos a la administración pública, a través de internet.

De esta manera conoceremos de primera mano quien merece continuar desempeñando su cargo y quien debe hacer maletas, además de fomentar la rendición de cuentas clara, precisa, directa y verdaderamente transparente.

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