El debate del debate

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 22 de abril de 2016 (GT).- Tratando de ser justos, se podría decir que se ha generado prácticamente una controversia, en torno al evento de los candidatos a alcalde de Tijuana, organizado por Canacintra.

Los observadores políticos coinciden en que fue un intento de debate, pero que no alcanzó la categoría de tal.

La idea original, fue invitar a los aspirantes a alcalde, a que dieran a conocer sus propuestas. Pero no les dieron tiempo para ello. Al menos no el tiempo suficiente.

Los organizadores, parecían muy interesados en conocer lo que los ocho candidatos pretenden hacer en los próximos tres años.

Pero el tiempo que les dieron, fue tan reducido, que apenas si les alcanzaba para presentarse y replantear la pregunta.

Lo decía el columnista : “Los organizadores del evento, metieron a los candidatos en una lata de sardinas, o en su caso, les pusieron un ajustado cinturón, que apenas si les permitía respirar”.

Y es que, comentaba, la mecánica del evento, estaba dedicada para individuos ágiles de mente, con enorme capacidad de síntesis, tratando de obligarlos a encontrar o dar respuestas, a los principales problemas de Tijuana, en un abrir y cerrar los ojos.

Ciertamente, reconocía, es interesante, en principio, poder ver en un solo evento, a personajes de diverso origen político o filiación partidista.

Observaba que : “los organizadores, idearon el evento para prestidigitadores, para magos que sacan conejos de un sombrero de copa. Como exigirles que digan el mayor número de mentiras, en solo un minuto”.

El problema, les decía, fueron los espacios de tiempo, tan reducidos. Un examen profesional para merolicos.

Que digan, en un solo abrir de boca, lo que pretenden hacer en los próximos 3 años. Como dicen los chavos : se pasaron.

Pueden pensar que la crítica es severa, pero no es así. Realizar un ejercicio ciudadano, de este tipo y no hacerlo bien, es una pérdida de tiempo. Irónicamente, el meollo del asunto, del fracaso del evento, fue
la falta de tiempo.

De la columna “Agua Caliente”, el columnista se permite transcribir lo siguiente :

“El primer debate de candidatos organizado por la Canacintra Tijuana fue una oportunidad de ver y oír en un mismo sitio a todos los aspirantes a la Alcaldía de Tijuana, pero hasta ahí”.

“No hubo –precisa- un debate en sí, pues el formato no lo permitía. No hubo réplicas ni contrarréplicas y los discursos giraron en torno a temas como seguridad, infraestructura, transparencia, etc.”

También es cierto, que hubo una gran civilidad política, pues no hubo agresiones entre ellos. No tuvieron tiempo. Les preocupaba que el tiempo les alcanzara, para más o menos, hacer un planteamiento concreto.

En la mayoría de los temas, se quedaron cortos. Por eso mostraron nerviosísmo o fueron erráticos.

En la colúmna “Política y políticos”, en la sección Tijuana, del periódico El Mexicano, se señala : “El debate de Canacintra Tijuana, que realmente no fue un debate sino una exposición ordenada de esbozos de propuestas de ocho candidatos a la alcaldía de Tijuana, tuvo la importancia de haber sido el primer ejercicio de esta naturaleza que permitió a los aspirantes tener un escenario para darse a conocer unos, para provecharlo otros, pero en general para utilizar el espacio para difundir sus propuestas”.

El portal de AFN señaló : “Con un esquema que propició que en algunos casos los participantes no pudieran terminar sus ideas, esta tarde se llevó a cabo el debate entre los candidatos de los diversos partidos en contienda, la coalición encabezada por el PRI y el representante independiente, para la alcaldía de Tijuana”.

La culpa no es de los participantes, sino de los organizadores, que fueron excesivamente estrictos, lo que hizo ver mal, bastante mal, a los candidatos.

Lo decía el columnista y lo repite : “Un examen profesional para merolicos. Que digan, en un solo abrir de boca, lo que pretenden hacer en los próximos 3 años. Como dicen los chavos : se pasaron”.

Los reporteros que tomaron nota, para su labor periodística, hicieron milagros, para rescatar lo más sobresaliente. Seguramente la mayoría de ellos tuvo que recurrir a la grabadora. Apenas terminaba una exposición y de inmediato empezaba la otra.

Parece buena la estrategia : sujetar a tiempos a los políticos, para que no tiren rollos. Lo que deberían hacer, es amarrarles las manos, no la lengua.

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