Por Denisse Manrique Jasso
Tijuana BC 30 de abril de 2015 (GT).-El cáncer es una de las enfermedades consideradas en algunos casos, como un padecimiento silencioso, ya que ataca el cuerpo sin manifestarse, pero puede eliminarse si se detecta a tiempo, como en el caso de Valentina, una niña de 11 años de edad.
“En cuanto yo llegué, el doctor me dijo, señora esta niña va derechito a oncología, y entonces yo le pregunté: doctor ¿qué es eso?, y ya me explicó que probablemente tenía un tipo de leucemia; yo le volví a preguntar ¿qué es eso doctor?, y me respondió, pues cáncer, entonces sentí que el mundo se me caí encima”, estas fueron las palabras con las cuales recordó la madre de Valentina lo que les tocó vivir hace dos años cuando le detectaron la leucemia.
La señora Rosaura Reyes Tapia, platicó que cuando su hija tuvo nueve años de edad empezó a presentar síntomas de vómito y aumento de temperatura sin razón alguna, al llevarla al Centro de Salud de Tecate, la trataron por más de dos meses, en los cuales solo le controlaban los malestares, y aunque le practicaron una serie de exámenes, no presentaron algún indicio que alertara sobre la enfermedad.
Ante la preocupación de ver que la salud de su hija empeoraba, acudió con un Pediatra particular, quien detectó que algo grave le sucedía, mismo que las apoyó para canalizarlas al Hospital General de Tijuana (HGT), lugar donde después de realizarle las pruebas correspondientes, dieron positivas a la Leucemia linfoblástica, la cual es considerada de las menos peligrosas, y contaba con un 85 por ciento de probabilidades de sobrevivir.
Rosaura, manifestó que el nombre de su hija –Valentina- fue la clave para sacar fuerzas y combatir esa enfermedad a pesar de que el tratamiento duró 14 días, en los cuales recibió alrededor de ocho quimioterapias, al finalizar le realizaron otro examen el cual resultó satisfactorio.
Actualmente Valentina tiene 11 años de edad y está cursando el quinto grado, pero continúa con su tratamiento, gracias a que estuvo recibiendo clases por parte de algunos maestros, además de ayuda psicológica durante su estancia en el hospital, no se atrasó en su formación académica.
Aunque el pasado 11 de noviembre fue dada de alta, continuará durante ocho meses bajo vigilancia y tendrá que asistir cada mes al hospital para que le realicen pruebas de biometría de hígado y riñones, entre otros exámenes, con el objetivo de conocer si el tratamiento dejó alguna secuela en el cuerpo, además deberá cuidar su alimentación con verduras verdes, y todo lo que contenga hierro.
“La aportación del Patronato durante los últimos 15 años ha sido recaudar fondos para apoyar a los pacientes del Hospital General, hacemos también mucha aportación hacia los niños con cáncer, ya que la intención que todo lo que el Seguro Popular no pueda cubrir por parte del Gobierno, el Patronato los apoya”, destacó el director Ejecutivo del Patronato Pro Hospital General, Pedro Geffroy.
Indicó que esto consiste en la asistencia complementaria, el medicamento, estudios, análisis, transporte e incluso si se presenta algún caso se cubren gastos funerarios, y por parte del Seguro Popular sólo cubre enfermedades catastróficas, la quimioterapia, y algunos medicamentos que tenga el seguro.
Por último, Pedro Geffroy agregó que cuentan con una casa llamada “Mi Estancia”, la cual cuenta con 16 habitaciones, para apoyar a los pacientes que vengan fuera de Tijuana, puedan llevar su tratamiento y al mismo tiempo cuenten con un lugar en donde puedan hospedarse el niño y su acompañante.