A 7 años del derrumbe en el Km. 93

Ensenada, B.C. a 27 de diciembre de 2020.- Nadie lo creía, quienes veían las fotos en las redes sociales pensaban que se trataba de un montaje, muchos pensaron que se era una broma por el “Día de los Inocentes”, era la mañana del 28 de diciembre de 2013, pero no, las imágenes eran reales, el derrumbe ocurrió en el kilómetro 93+500, de la Carretera Escénica de cuota alrededor de las 2 de la madrugada.

Justo pasaba por el lugar Gabriel González Cuevas, chofer de un camión cargado con dos “trompos” de cemento quien quedó atrapado junto con su pesada unidad de 40 toneladas que la desquebrajada superficie de la carretera ya no puso soportar y terminó colapsando. Días antes, incluso el 27 de diciembre, diversos usuarios habían publicado fotos de las grietas y fisuras y manifestado su preocupación por las condiciones de la vía, pero pocos
imaginaron la magnitud del derrumbe.

Antes, tras el sismo de 4.6 grados ocurrido el 19 de diciembre, con epicentro en Sierra de Juárez, el gobierno federal intensificó los trabajos de reparación. El movimiento telúrico se sumó a las intensas lluvias registradas en las últimas semanas, aunque no ha quedado demostrado que alguno de los dos acontecimientos naturales haya
sido la causa.

LAS ADVERTENCIAS
Aunque causó sorpresa y estupor, la posibilidad del derrumbe no era nueva, desde que la carretera se construyó e inició operaciones en 1967, se hizo sabiendo que estaba situada en una zona de alta sismicidad, información que investigadores del CICESE han venido repitiendo constantemente. Alejandro Aguado Sandoval del Instituto de Ingeniería de la UNAM, apunta en un recuento que las afectaciones a la carretera inician en 1976, cuando ocurrieron agrietamientos en un área de 300 por 300 metros, y la destrucción de varias casas cercanas en 1995, causadas por
deslizamientos ocurridos a una velocidad de 70 centímetros por mes.

También anota Aguado Sandoval en su recuento publicado en: https://ern.com.mx/boletines/Boletin_ERNterate, que en 1997 se tuvo que reconstruir totalmente un tramo de la carretera debido a un nuevo deslizamiento. Ya había muchas advertencias previas, incluso en su tesis para obtener el grado de Maestra en Ciencias, Gemma Gómez Castillo, en 2010 realizó un atinado y minucioso estudio sobre el “Peligro Geológico en la Zona de Playa Saldamando-El Mirador en la Autopista Tijuana-Ensenada”

Antes del problema, cámaras empresariales, colegios de ingenieros y autoridades, habían advertido en diversas ocasiones sobre los riesgos de que se tuviera que cerrar el tráfico por la posibilidad de un derrumbe que finalmente ocurrió el 28 de diciembre de 2013.

LOS DAÑOS
Desde entonces hasta el 16 de diciembre de 2014, fallecieron 15 personas debido a la intensificación del tráfico por la carretera libre utilizada como vía alterna, según información proporcionada Wenceslao Martínez Santos, entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE). Esa ruta subió de entre 1500 y 2000 vehículos diarios a 12 mil al absorber el tráfico que antes circulaba por la carretera de cuota.

El mismo dirigente estimó en aquel momento, que las pérdidas económicas habrían sido de 100 millones de dólares en ese tiempo, debido a la disminución del comercio y turismo que llega a Ensenada por carretera, muchos con destino a la ruta del vino. Otro rubro muy afectado fue el del transporte de mercancías en el que se calcula que 500
camiones de carga pesada gastaban en conjunto 750 mil pesos más diariamente, por el incremento del kilometraje, gasolina y tiempo al tenerse que desviar de ruta.

LOS TRABAJOS
En una nota realizada por la periodista Nicté Madrigal al cumplirse 5 años del colapso, dejó constancia de las declaraciones del entonces director de Infraestructura de Capufe, Mauricio Sánchez Woodworth, quien detalló los trabajos realizados en el kilómetro 93 de la Carretera Escénica. Dijo, se utilizaron más de 584 mil metros cúbicos de material en una primera etapa, con mil 200 inclusiones.

Se realizó la construcción del enrrocamiento a lo largo de la bahía para detener los deslizamientos, con diversos materiales, así como la formación de bermas para quitar peso a la ladera y que la fuerza de gravedad empuje, generando un deslizamiento hacia el mar. El funcionario federal, explicó que durante casi un año también se trabajó en la restitución del terraplén y la construcción de bóvedas tipo alcantarillas para permitir que los camiones que sigan trabajando en la zona, no afecten el tránsito de la carretera.

Por último, se hicieron los pozos tipo ranney, los cuales servirán para impedir que el agua se filtre, lo que garantiza la seguridad de la vialidad por más de 60 años.

NO CONVENCEN
No obstante, el gasto de alrededor de 900 millones de pesos, más del doble de los 450 presupuestados inicialmente; “el riesgo de un nuevo derrumbe sigue siendo muy latente”, consideró el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada (CICE) Fabián René Ibarra López.

Se refirió a los trabajos que se hicieron en el kilómetro 91, que, “definitivamente no funcionaron, en la pura curva volvió a fallar, o sea, que todo el dinero que se invirtió en ese tramo de hundimiento se desperdició.” En los puntos donde actualmente se está trabajando, conforme se realizan los trabajos, las falla y hundimientos son cada vez más frecuente, señaló.

La verdad se han invertido mucho dinero y la carretera no es nada segura para el tráfico local, visitantes y tráfico pesado, consideró, con el dinero gastado en las obras de rehabilitación, por lo menos ya se hubiera modernizado la carretera libre. El presidente del CICE aseveró que se tienen que hacer muchos estudios; puso como
ejemplo el kilómetro 89, donde las reparaciones “han funcionado bien ya que hasta ahora no se ha presentado ningún hundimiento.”

NO ESCUCHAN
Como casi siempre ocurre con los funcionarios públicos que desestiman la realidad, días antes del derrumbe, la entonces delegada de Capufe, Rosa María Castañeda Guadiana, dijo, “… que no esperaba afectaciones mayores en la autopista por las lluvias que pronosticadas para la región por el fenómeno de El Niño”, luego de que científicos
alertaron sobre posibles consecuencias en las fallas geológicas activas de la carretera.

Pero no ha sido ni será la única, muchos antes y después, siguen desestimando la opinión pública, incluso si esta proviene de expertos en el tema.

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