Tijuana, B. C., 25 de junio de 2017 (GT).- Al ser Tijuana una ciudad costera, el gobierno municipal debe mostrar mayor compromiso con la comunidad y reforzar acciones que permitan disminuir el impacto ambiental al Océano Pacífico, pues la conurbación con San Diego convierte a esta región en una metrópoli costera con grandes retos compartidos.
Así lo recalcó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que tres vías son la mejora en el manejo de la basura, reusar el agua tratada en áreas verdes y migrar el transporte público a gas natural, en congruencia con el lema que hoy promueve la ONU: “conectar a las personas con la naturaleza”.
Luego de que hace días el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, firmó un convenio o carta de intención con Dolores Barrientos, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en México, Zavala Álvarez opinó que el compromiso del gobierno debe reflejarse reforzando acciones para reducir impactos al Océano Pacífico.
“Tijuana es una ciudad costera, no pesquera, una cuenca con Río intermitente que drena al norte de la frontera en un marisma-humedal costero sensible y de alto valor ambiental, intensa relación comercial, social, política, cultural, familiar; Tijuana y San Diego viven una integración que rebasa a los gobiernos federales y locales”, consideró.
Añadió que aunque realizan grandes esfuerzos por estar a la altura de la demanda local-comunitaria, los gobiernos locales no pueden lograrlo por, entre otras cosas, limitaciones institucionales y jurídicas, dado que no hay gobierno electo con base jurídica y democrática en dos países, por ello la comunidad, que es una sola, rebasa a sus dos gobiernos.
“Cuántas fronteras juntas y traslapadas en la metrópoli costera Tijuana-San Diego, sin incluir Los Ángeles, aunque sí somos una sola región conurbada; comunidades costeras y conectar a las personas con la naturaleza, son dos conceptos a los que nadie es ajeno, seguro algo podemos hacer para aprovechar las áreas de oportunidad que tenemos”, dijo.
Reiteró que una vía para Tijuana es la mejora en el manejo de residuos sólidos urbanos, con énfasis en la separación y el reciclaje de la “basura”, así como impulsar la reducción en la generación y disposición de la misma, pues todo lo que se ponga cuenca arriba terminará en el mar y llega hasta Imperial Beach, porque aquí lo local es internacional.
“Otras vías son la mejora cuantificable en la conexión con la naturaleza, por lo menos en el reúso de agua tratada, la llamada agua morada, para aumentar las áreas verdes; así como mejorar la calidad del aire, con una gestión efectiva para migrar el transporte público a un combustible más limpio como el gas natural; qué mayor conexión con la naturaleza que el aire que respiramos”, agregó.
Tan solo con esto, opinó José Carmelo Zavala, el gobierno municipal haría historia, porque el Ayuntamiento es el primer contacto con la ciudadanía y no puede ser omiso al sentir ciudadano, sino encabezar una convocatoria genuina por las mejores causas comunitarias; del mar llegó la vida, que no termine allí, pensar como ciudades costeras permite construir una mejor conexión con la naturaleza, para una reflexión y acción constantes.
“La ONU está trabajando el tema de ciudades costeras; la Reunión Anual de Ministros de Medio Ambiente de Norteamérica, a realizarse el 27 y 28 de junio en Charlottetown, Canadá, también tocará el tema en aspectos como agua, naturaleza y manejo de residuos, en el marco de la revisión al Tratado de Libre Comercio de América del Norte”, dijo.
Esta frontera, finalizó el ingeniero José Carmelo Zavala, como región se levanta una vez más como laboratorio futurista de cómo será la gobernanza en el futuro, que llega por aquí por la frontera; el futuro siempre ha llegado por las fronteras, porque la frontera es la orilla, es la avanzada, la vanguardia es el principio.
Zavala Álvarez tiene maestría en Bioingeniería y egresó del Programa de Estudios Avanzados en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Colegio de México (LEAD-México); hoy dirige el CIGA, una asociación sin fines de lucro, cuya misión principal es la gestión estratégica para el desarrollo, promoviendo un consumo y producción más limpios.