Por Francisco Ruiz
Tijuana BC 10 de mayo de 2017 (GT).- Según las fuentes consultadas, las “Serpientes y Escaleras” tienen su origen en India. La versión original contenía preceptos morales que bien podrían acortar nuestro trayecto para alcanzar la perfección o condenarnos a permanecer en el mundo terrenal. Con el tiempo, esta alegoría se transformó en un juego de mesa que fue traído a México a la llegada de los peninsulares, como un medio de sano esparcimiento; el cual más que concebir un simbolismo ético, refiere a una carrera de obstáculos y vaivenes.
La madre de todas las elecciones, esa mediante la cual se busca “contratar” al siguiente Presidente de la República, genera un ejercicio de reflexión que me recuerda a dicho recreo.
En esta muy anticipada pre-precampaña presidencial, para el PAN resulta muy conveniente partidizar el proceso, ya que sólo como institución pueden abanderar una batalla que sus aspirantes a Presidente no pueden ganar. Malos perfiles son quienes asoman la nariz en el blanquiazul.
Por su parte, el partido MORENA -vale la pena recordarles que también es un partido político, ya que su discurso antisistema pareciera que les produce amnesia, por fortuna las prerrogativas que reciben se los recuerda-, está interesado en emprender una estrategia doble, por un lado le conviene partidizar el proceso con el fin de atacar enérgicamente a los partidos políticos tradicionales y así promover su opción límpida, excelsa y esperanzadora -según dicen-; mientras, por otra parte, personalizar la elección es su fin último, ya que su victoria o derrota -en todos los escalafones-, dependen de un sólo nombre: Andrés Manuel López Obrador.
El partido de las instituciones, el “padre” y “abuelo” -apóstata- de casi todos los institutos políticos vigentes, tiene una oportunidad única para alcanzar el triunfo en las próximas elecciones federales; siempre que personalice su campaña electoral con un buen perfil: innovador, serio, con prestigio, sensible, congruente, elocuente; dirán que es imposible, yo pienso
que es cuestión de buscarle pero buscarle bien y a fondo.
De no contar con un buen candidato(a), con un verdadero ejercicio de catarsis y evocar los buenos resultados alcanzados por el tricolor en el pasado, puede permitir que se genere la empatía necesaria para que MORENA se imponga frente al resto de sus oponentes.
A simple vista, pareciera que el feudo de AMLO ya no tiene mayor novedad por ofrecer, por lo que el PRI podría ganar mucho terreno si hace un buen uso del factor sorpresa, de una buena sorpresa.
P. S.- No hay cielo sin nubes, ni paraíso sin serpiente.