Tijuana BC 14 de septiembre de 2017 (GT).- A pesar de apadrinarlo a lo largo de toda su carrera política, recientemente como candidato a la dirigencia estatal del PRI, tal parece que la gratitud se borró de las pocas neuronas que aún le sobreviven a David Ruvalcaba Flores, pues además de traicionar a la familia de su padrino político, ahora sentado en su silla, pretende drenarle todo el poder que Valencia Roque ha forjado a través del esfuerzo de décadas defendiendo la CTM en Baja California.
No han sido pocas las veces que Ruvalcaba ha buscado desde las sombras atacar a Valencia y a su familia, pero ahora que se encuentra embriagado de poder lo hace de una forma directa, eso se suma a uno de los varios abusos de poder que comete Ruvalcaba, como si el viejo PRI hubiera regresado, como el poner a su novia Dulce Janet, sin una gota de trayectoria política, como la Contralora del partido.
Este miércoles 13 se septiembre, Ruvalcaba reunió a dirigentes de distintas centrales obreras como Mario Madrigal Magaña de Sintoled y testaferro de Jorge Hank, a Rafael García Vázquez de la COR, Jorge Escobar de la CROC y a Francisco Hernández Vera de la CTM Tijuana, para que desconozcan el liderazgo de Valencia Roque e impulsen a Hernández Vera, yerno de Valencia, para apoderarse de la CTM.
La jugada de Ruvalcaba es en distintos actos; primero busca quitar a Valencia, después que Hernández deteriore el poder de la CTM a nivel estatal y luego con una CTM debilitada el pretenda hacerse de la Central obrera en Baja California; para ello, afirma, contar con la venia del dirigente Nacional del Sindicato, Carlos Aceves del Olmo.
En la reunión con los otros sindicatos, Ruvalcaba prometió “acabar con el monopolio de los Valencia” y repartir los espacios que históricamente le corresponden a la CTM a otros sindicatos, como garantía aseguró que no permitirá que en su mandato ningún Valencia pueda tener futuro político.
Lo que no platicó Ruvalcaba a los dirigentes obreros es que el pleito que tiene con los Valencia nació luego de que él mismo incumpliera los acuerdos que hizo ante Eligio Valencia Roque.
Quizá el dirigente del Sitatyr -Sindicato olvidado por él desde hace décadas- debería recordar el refrán que dice: “El que a hierro mata a hierro muere”, pues el año que durará su mandato pasará muy pronto, pero los muertos que deje en el armario los cargará toda la vida.