Tijuana, B. C. 7 de mayo de 2017 (GT).- Faltan en la geografía de la ciudad uno o varios sitios de disposición, reciclaje y manejo de los residuos de la construcción, porque hoy obras públicas y privadas dejan miles de toneladas de materiales pesados en la vía pública, los cuales terminan en terrenos vecinos, arroyos o taludes.
Así lo enfatizó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que así como la basura común que genera la comunidad, técnicamente llamados residuos sólidos urbanos, los residuos de construcción necesitan varias opciones de manejo y disposición.
Zavala Álvarez informó que esta clase de residuos son clasificados como “de manejo especial” en la legislación mexicana, por lo que la regulación, inspección y vigilancia compete al gobierno del estado, a través de la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA), sin embargo, poco se hace y sigue siendo una tarea pendiente.
“Los departamentos de Obras Públicas en los gobiernos municipales, los organismos operadores de agua y los constructores de vivienda, son los generadores de miles de toneladas que quedan en la vía pública, poco se usa como relleno en las mismas obras y nada se recicla, salvo cantidades no registradas e insignificantes”, afirmó.
Explicó que tras la crisis inmobiliaria que paralizó al sector en años recientes, está en marcha un auge en la construcción de todo tipo y, con ello, los residuos de estas obras, como el material de terracerías, cascajo, concreto, etcétera, y aunque la obra privada es un generador natural, es la obra pública la que resulta una molestia en las vialidades o predios vecinos.
“La obra pública es lo más evidente, desde bacheo, puentes, pavimentación, banquetas, agua y drenaje, mantenimiento, todo genera residuos, por lo general materiales pesados cuyo traslado resulta costoso, por lo que se busca su disposición en la vecindad, casi siempre en algún terreno vecino, arroyo o talud”, comentó el director del CIGA.
Recordó que en años recientes, el desazolve de lodo en la tercera etapa del Río Tijuana generó miles de toneladas de sedimento, pero la Comisión Nacional del Agua no explicó su destino final y el manejo adecuado; reiteró que la ciudad no tiene un sitio oficial de destino para los residuos de construcción, pese a que podrían ser reusados y reciclados.
“Los lodos que resultan en las plantas de tratamiento de aguas residuales, desclasificados de residuos peligrosos a especiales por la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, también cuantificados en miles de toneladas, siguen sin un manejo adecuado, formando terrazas en las instalaciones de Punta Bandera”, aseguró Zavala Álvarez.
Añadió que la CESPT también genera gran cantidad de residuos al introducir servicios de agua y drenaje, dejando en la vía pública muchos materiales hasta que un vecino piadoso los dispersa, para evitar los montículos peligrosos al tránsito vehicular y lo mismo pasa con los ayuntamientos, que realizan bacheo y duran allí largo tiempo los restos del material.
Tras recalcar que dos millones de habitantes demandan una mejor calidad de vida, José Carmelo Zavala enfatizó que la convocatoria y colaboración para lograrlo está en manos de los ciudadanos temporalmente en el gobierno, en la función pública, quienes de cualquier forma son vecinos que habitan esta ciudad y deben detonar la participación ciudadana.
“Los procesos exitosos de gobernanza pasan por la participación social efectivamente oportuna, informada y corresponsable, una participación nace de la transparencia y la rendición de cuentas de los gobiernos, así debe ser la convocatoria para el manejo de estos residuos, construyendo credibilidad y confianza, porque la duda mata”, finalizó.