Tijuana, B. C., 30 de abril de 2017 (GT).- El próximo sexenio deberá ponerse al centro, como tema transversal, al desarrollo sustentable, pues aunque en últimas décadas el tema ambiental ha permeado de manera notable en las estructuras de gobierno y en la sociedad, aún no tiene suficiente peso político para articular políticas públicas transversales.
Así lo consideró José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), opinando que el tema ambiental ya salió de su nicho de expertos y hoy camina por todos los senderos de la sociedad, dado que la educación ambiental no formal es practicada y promovida por un sinnúmero de organizaciones de la sociedad civil.
“La institucionalización y la educación ambiental son motivo de esperanza, porque permear las estructuras en las organizaciones es cosa lenta, pero luego de tanto necear, sucede; mirando el pasado reciente, se aprecia un avance en la creación de leyes y dependencias gubernamentales orientadas a la protección del medio ambiente, pero falta mayor peso político y capacidad de gestión”, dijo.
Recordó que en la estructura de gobierno federal, la ecología era parte de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología; luego, en la presidencia de Ernesto Zedillo, Julia Carabias fue la primera titular de la Semarnap, que incluía a la pesca, generándose una participación social plural y democrática, pues nacieron los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable (CCDS); después, siendo presidente Vicente Fox, se transformó a Semarnat.
“Al ser especializada, la Semarnat ostenta la jerarquía del tema ambiental en la estructura del gobierno federal, pero los recortes presupuestales en esta administración y las alianzas político electorales la desdibujaron un poco, porque al ser gobiernos de coalición, esta Secretaría termina siempre en manos de un partido político, lo que ha sido una experiencia terriblemente traumática”, comentó.
Los CCDS, añadió Zavala Álvarez, que eran la estructura mejor organizada de participación social en el país, fueron desmantelados con los recortes presupuestales de la actual administración, perdiéndose un gran aporte, pues no solo había un consejo nacional, sino seis regionales y un núcleo en cada estado; ya casi acaba el sexenio y, adivino con optimismo, el siguiente deberá ser de desarrollo sustentable.
“Siendo Ernesto Ruffo Appel gobernador de Baja California, nació Ecología como Dirección General y cambió a Secretaría de Protección al Ambiente en el gobierno de Eugenio Elorduy; el presupuesto ha sido poco generoso y su peso político insuficiente; además, la ley estatal obliga a crear una Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, algo que el actual gobernador, Francisco Vega de Lamadrid, aún no se anima a cumplir”, remarcó.
En el municipio de Tijuana, agregó el director del CIGA, tardamos tres administraciones para que el Cabildo aprobara el reglamento y naciera una área de ecología municipal; con Sócrates Bastida como regidor, llegó a la orilla y hoy existe la Dirección de Protección Ambiental, seguro con presupuesto reducido y áreas no articuladas, como parques y jardines, basura, etcétera, pero debemos mantener el ánimo y el optimismo.
Hoy, informó, como parte de la educación ambiental formal, los programas de educación básica y profesional contemplan temas como cambio climático, desarrollo sustentable, reciclado, ecosistemas, resiliencia, biodiversidad, que hace cuarenta años eran sólo vocabulario de especialistas y de “fumados ecolocos”, como se les decía despectivamente.
En todas o casi todas las licenciaturas, añadió, como materia curricular, seminario o curso optativo, se aborda el desarrollo sustentable; hace cuarenta años era solo nivel de maestría o doctorado, pero hoy los niños de preescolar y primaria lo escuchan como parte de su vocabulario común a diario, esto es un avance que alimenta la esperanza.
“La educación ambiental se transforma en cultura ambiental, se arraiga, evoluciona, es necesaria para sobrevivir, así lo entienden y reflejan las estructuras sociales, de gobierno y empresariales, todos son una parte necesaria para alimentar el optimismo, una terapia de salud mental en el Día del Niño, porque debemos ofrecer futuro”, finalizó Zavala Álvarez.