Tijuana, B. C., 4 de junio de 2017 (GT).- La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París para el Cambio Climático, a pesar de ser el segundo mayor emisor de dióxido de carbono (CO2) en el mundo, prende focos rojos y obliga a reforzar las estrategias locales, así como a una mayor profesionalización y eficiencia en los gobiernos de nuestro país.
Así lo consideró José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), luego de que el país vecino recién anunció su salida del Acuerdo de París, firmado por 194 países, lo que convirtió a Estados Unidos en el tercer país, junto con Siria y Nicaragua, fuera de este tratado.
“El primer acto de corrupción de un funcionario es aceptar un cargo para el que no está capacitado, porque la falta de profesionalización en el gobierno provoca que los recursos se gasten con muy poca eficiencia; esto es común y tiene fatales consecuencias en áreas técnicas que requieren conocimiento profesional afín a su función y responsabilidad”, remarcó.
Agregó que la mejor campaña de divulgación sobre los riesgos del calentamiento global la detonó el gobierno norteamericano jugando en contra, generando una estimulante reacción en cadena, pues los líderes del mundo se unieron en la crítica y, al interior de ese país, estados, ciudades y empresas reiteraron su interés por combatir el cambio climático.
Recordó que según la Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos, conforme a datos de emisiones actualizados a 2014, ese país genera el 15 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, solo debajo de China, con el 30 por ciento, mientras que la Unión Europea produce el 9 por ciento, India el 7, Rusia el 5, Japón el 4 y los demás países el 30.
Aunque México reiteró su apoyo al Acuerdo de París y anunció que seguirá su Estrategia Nacional de Cambio Climático, José Carmelo Zavala destacó que dos de los terribles fracasos del gobierno federal en materia ambiental, han sido no articular un programa que salve a la vaquita marina y el haber desmantelado la participación ciudadana.
Explicó que tras 20 años de existencia de los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable (CCDS), órganos ciudadanos de consulta que promovían la participación social en todo el país, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales los desmanteló, por eso hoy no tiene una base social y es rebasada por su nula capacidad de convocatoria.
“La burocracia del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se apropió de la participación social y en un año desmanteló los CCDS, amén de responsabilidad por desvío de recursos; la Semarnat ahora no tiene respaldo social para responder a los retos y su convocatoria es limitada, necesitamos otra Semarnat, profesionalizada, con liderazgo, prestigio, capacidad de convocatoria, peso político y sin sordera funcional”, enfatizó.
Necesitamos una ciudadanía informada, añadió Zavala Álvarez, así actuará oportunamente para incidir en la política pública y vigilar que se usen adecuadamente los recursos públicos; involucrar a la ciudadanía es un modo de lograr la continuidad de los proyectos, para que no se olviden con el cambio de gobierno y sí exista una visión de largo plazo.
“En un intento por recuperarse del fracaso en la ley de agua, el gobierno de Baja California, a través de su Comité de Planeación y Desarrollo, lanzó un programa de foros prometedor, esperemos que funcione, pero tiene otras deudas pendientes, como crear una Procuraduría Ambiental Estatal; asimismo, ligar el ingreso de los verificentros para apoyar a las estaciones de calidad del aire, que no tienen recursos”, puntualizó.
En cuanto al Sistema Integral de Transporte de Tijuana, criticó que siga en suspenso, como lo muestran las estaciones abandonadas y poco atractivas al usuario, pues el ayuntamiento parece maniatado, apoyando el proyecto solo “de palabra”, por lo que urge continuidad y visión de largo plazo, además de que el gas natural debe ser parte de esta modernización.
En el tema de la basura, opinó Zavala Álvarez, persisten grandes retos y el tema no tendrá remedio si no existe la transparencia necesaria para convocar a todos los actores, la recolección es una solución al final del tubo, pero antes debe impulsarse el reúso, el reciclaje y la separación desde el punto de origen; qué decir de la triste escaramuza de una “emergencia sanitaria” que mostró la poca eficacia, al reaccionar ocho meses después.
Tijuana, finalizó, recibe el Día del Medio Ambiente con actividades que la exponen a los reflectores internacionales, como su aportación al océano de aguas residuales en los meses recientes, por el impacto del estero del Río Tijuana, ya en territorio de Estados Unidos, un humedal de gran importancia por su riqueza biológica y servicios ambientales.