Tecate BC 3 de septiembre de 2015 (GT).- La posibilidad de un sismo que fracture el tubo del acueducto del Río Colorado mantiene en peligro latente la seguridad de abasto del agua en Baja California, porque repararlo podría tardar meses o años y no hay almacén para la dependencia tan dramática que se tiene del acueducto.
Así lo consideró esta mañana el ingeniero José Carmelo Zavala, presidente del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable (CCDS) de Baja California, al asistir como invitado a la sesión semanal del Club Rotario de Tecate, que encabeza Daniela Ramírez Robles.
“Deberíamos estar en pánico porque toda el agua viene del acueducto del Río Colorado y el riesgo se eleva porque vivimos en una zona sísmica”, remarcó José Carmelo Zavala, insistiendo en que urgen almacenes para tener un “inventario de agua” para las ciudades en caso de un desperfecto en el tubo, considerando que el acueducto podría averiarse en caso de un sismo.
El ingeniero recordó que la presa El Carrizo, que es almacén de agua para Tijuana, tiene capacidad para 38 millones de metros cúbicos, con los que se asegurarían aproximadamente tres meses de suministro para la ciudad, mientras que la capacidad de la presa Las Auras es de 5 millones, pero ambas serían insuficientes en una eventual fractura del tubo del acueducto.
“La presa Abelardo L. Rodríguez pudiera ser un muy buen almacén, pero no está conectada al acueducto del Río Colorado, tiene 140 millones de metros cúbicos de capacidad y está seca, es posible usarla de almacén de agua para la ciudad, para certidumbre, para seguridad, habría que conectarle un tubo”, opinó.
Insistió en que por primera vez el agua del acueducto está llegando hasta Ensenada, así que cualquier fractura representa un peligro, porque puede durar meses o años en repararse; agregó que la construcción del acueducto duró diez años y la ampliación de un metro cúbico que se hizo en el sexenio del exgobernador Eugenio Elorduy duró casi siete años.
Entrevistado tras su encuentro con los integrantes del Club Rotario de Tecate en el hotel Estancia Inn, José Carmelo Zavala afirmó que en San Diego, por ejemplo, hay alrededor de 15 almacenes de agua, mientras que en Boston se tiene almacenada agua para cinco años.
Agregó que la seguridad de abasto de agua también peligra por otros factores, como el agua que ya se pierde en Tijuana, puesto que de los 5 metros cúbicos por segundo que llegan a la costa se pierde uno en Tijuana, en la distribución o en fugas y no hay inversión suficiente en tecnología para recuperar ese metro cúbico.
“Deberíamos ver a este metro cúbico como una fuente alterna de abasto, porque un metro cúbico no vale igual en el Valle de Mexicali que en Tijuana, porque ya lo transportamos, ya se bombeó en La Rumorosa a un kilómetro de altura y ese metro cúbico lo estamos tirando”, enfatizó.
El otro punto, añadió, es reusar, porque las aguas residuales de Tijuana están siendo tratadas, pero no hay infraestructura para reusarlas y entonces se tiran al mar, cuando pudieran usarse para regar áreas verdes si existiera infraestructura y no tendríamos que regar parques y jardines con agua de primer uso.
“Otro aspecto es el uso eficiente en la construcción, tener casas con separación de aguas grises y negras, y agregar infraestructura verde para cosechar agua de lluvia en calles, azoteas, estacionamientos y el agua del pluvial no canalizarla al mar, sino construir pozos de absorción con piedra para que el agua recargue el manto freático, en vez de acumular y arrastrar consigo casas y basura”, dijo.
Finalmente, comentó que la certidumbre y seguridad a futuro son vitales, pues si bien hay un acuerdo internacional con Estados Unidos para que fluya el agua del Río Colorado, la llave de este flujo está del lado americano, esto podría cambiar algún día, de ahí la importancia de invertir también de forma más contundente en la desalación de agua del mar.