Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 18 de abril de 2016 (GT).- Digan lo que digan, aunque ya transcurrió la primera semana de actividades proselitistas, las actuales campañas políticas, no han respondido a las expectativas. No prenden.
Claro, no es fácil, salir a la calle a tratar de motivar a los electores. Son 2 millones 554 mil 518 los que integran el listado nominal del padrón electoral, en Baja California.
Tan solo en Tijuana, el listado nominal llega a 1 millón 286 mil 842. Sin duda alguna, la mayoría de ellos tramitó su credencial electoral, no para ejercer el derecho a votar, el día de los comicios, sino para tener un documento de identificación, para realizar todo tipo de trámites.
Así como hace falta alentar los valores morales, hace falta alentar o promover los valores de los derechos políticos. Explicar a los electores mexicanos, la importancia del derecho al voto. La diferencia entre la dictadura y una democracia.
De poco o nada sirven los derechos, si no se ejercen.
Los mexicanos, que no ejercen su derecho al voto, son los que han propiciado, la distorsión de los demás derechos. El día que aprendan el valor y la importancia del voto ciudadano, van a obligar a los políticos a cambiar.
Son muchos los que se pronuncian en contra de la partidocracia o del bipartidismo, pero a la hora de los comicios, los muchos se quedan en sus casas, y son pocos los que ejercen su derecho al voto. Así es que dejan en manos de pocos, la facultad de decidir, y finalmente se cumple aquello de que cada pueblo tiene el gobierno que merece.
Para entender esto, observemos que en los comicios del 2013, a nivel Tijuana, cuyo listado nominal es de 1 millón 286 mil 842, el Alcalde Jorge Astiazarán Orcí, obtuvo 198 mil 714 voto. Y fue el 49.28 % de los que votaron.
A nivel estatal, cuyo listado nominal lo integran 2 millones 554 mil 518 electores, el panista Kiko Vega llega a la gubernatura estatal, con 442 mil 868 votos, que fue el 47 % de la votación.
Así es que, nadie debe quejarse, por los resultados. Todos son co-responsables. Unos por no haber meditado lo suficiente al momento de emitir sus votos. Otros, porque actuaron con frivolidad y muchos otros porque se dejaron inducir. Dieron su voto, a cambio de una despensa o una cobija, que pagarán ellos mismos, vía impuestos y derechos, a lo largo de tantos años que tendrán que tolerar a políticos ineptos y corruptos.
Claro, los más responsables, son aquellos que por flojera o apatía, ni siquiera el día de los comicios, tienen la voluntad de acudir a las urnas a votar.
Pero también hay otros co-rresponsables. Aquellos que desde la oposición, en lugar de buscar un cambio, negocian y le sacan ventaja. Optando por aquello de “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Y estos, que tendrían que estar observando y señalando errores y excesos de los gobernantes, se engolosinan y se dedican a vivir en una zona de confort, en tanto que sus representados, sufren las consecuencias.
Así es que en tanto nunca han encauzado movimientos sociales y nunca adoptaron posturas enérgicas, exigentes, cuando viene un nuevo proceso electoral, para volverse a colgar de la nómina pública, empiezan como nuevos, a hacer campaña y a prometer lo que años atrás prometieron y no cumplieron.
El problema es que, si algún día lograron motivar a los electores, ahora, salir a repetir las mismas cantaletas, el “ya es necesario
cambiar”, “mi base de conducta es la transparencia y la rendición de cuentas”, cuando que en funciones nada hicieron en ese sentido, ya no motivan a nadie.
Son las mismas caras de tantas campañas, “cartuchos quemados”, podría decirse, pero no entienden que deben dar oportunidad a nuevos elementos. Se aferran al membrete del partido y lo exprimen, cual si fuese una simple franquicia mercantil.
Es una ironía, que siendo los partidos políticos, una calamidad para la sociedad, siguen creando nuevas organizaciones políticas, como si fuesen una necesidad vital para los mexicanos.
Y los que salen a la calle, son individuos sin creatividad, en tanto que salen a decir lo mismo, a hacer las promesas de siempre. Las mismas promesas que, de tanto uso, están desgastadas y ya no motivan a nadie. Porque las hicieron y no las cumplieron.
Esto está provocando, que las actuales campañas, no prendan.