Por Francisco Ruiz
Tijuana BC 16 de marzo de 2017 (GT).- La frontera sur de Estados Unidos me recuerda, más que al histórico Muro de Berlín, a los campos de concentración nazis. Antes de escandalizarnos consideremos las similitudes pues mientras el Führer se mantuvo en el poder, quienes fueron recluidos en estos campos se encargaron de sacar adelante aquellas empresas que los “elegidos” pertenecientes a la raza aria, no osaban realizar.
Tal vez sea un exceso considerar ambas situaciones como un símil pero para efectos prácticos, me atrevo a decir que lo son: un lugar amurallado, con una población segregada, limitada en derechos, incluso de las garantías más elementales, donde impera el abuso y prevalece la desigualdad social.
Aunque sí existe una notoria diferencia entre ambos, pues mientras en el pasado los reclusos querían salir, en la actualidad lo que quieren es entrar. Resulta irónico considerar el hecho de que nuestros connacionales enfrentan crueles retos para ingresar a lo que alguna vez fuera su tierra, la cual por cierto, Cuauhtémoc Cárdenas se dispone a disputar legalmente.
Es así como para el vecino del norte resulta natural clasificar a su sociedad en ciudadanos, residentes legales, turistas e indocumentados, lo que podría interpretarse como ciudadanos de primera, de segunda y hasta de cuarta, hablando alegóricamente.
Experimenté esa realidad en carne propia y me pronuncié contra la sumisión de nuestros paisanos, y es que abandonar la dignidad por unos cuantos dólares, esta de pensarse.
Sin embargo, la injusticia no sabe de fronteras, y ante el atropello, nuestra solidaridad se impone. América toda es tierra de migrantes, desde el nombre mismo
del continente, proveniente de un italiano hasta los nómadas que arribaron de Asia para poblar aquel desértico territorio, por lo que no podría entenderse la humanidad misma sin este natural fenómeno.
Lo que hay que entender, reconocer y valorar es lo que resulta de esa aleación de naciones, pues como aseguró Carlos Fuentes: “…las culturas del continente, norte y sur, comparten el origen indígena, el trasplante africano y la colonización europea…”, por tanto, América la formamos todos.
P. D. “Si levantas un muro, piensa en lo que queda fuera”: Italo Calvino.