Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 23 de diciembre de 2015 (GT).- Cada día es más notable, la falta de valores humanos. El caso del jovenzuelo, fustigando a un indigente, en Tijuana, videograbado por sus propios compañeros, para luego proyectarlo a través de las redes sociales, es un claro ejemplo de ello.
Muchos se escandalizaron. Más se escandalizarían, si se enteraran que esto es más común de lo que se imaginan.
El hecho hubiese pasado desapercibido, de no haber sido porque los propios autores del abuso en conrea del indigente, “jugando”, quisieron presumir, a través de las redes sociales, lo que son capaces de hacer.
Podría alguien decir, que es cuestión de la edad, Pero esto no es cierto. La falta de valores está afectando a todo tipo de individuos, sin importar edad o condición social.
En julio pasado, en Ensenada, ocurrió un incidente, casi similar. Un grupo de adultos, entre ellos una defensora de oficio, así como un funcionario de una institución de educación superior, se toparon con un indigente y decidieron bromear a “sus costillas”.
La condición de calle del individuo, era sumamente notoria. Andrajoso, pelo largo, descuidado, con una soga al cuello, se les hizo “gracioso” bromear con él, como si se tratase de un animal.
“Bromistas”, quisieron presumir de sus “graciosadas”. Se tomaron una foto con el indigente y la subieron a las redes. Se armó un tremendo escándalo y lo menos que les ocurrió es que fueron linchados socialmente, recibiendo críticas de todos tamaños y colores.
Igual que ocurrió ahora con el mozalbete, en Tijuana, que decidió hacer “una broma pesada” a un indigente, mostrándose como si le apuntara con una pistola en la cabeza y ordenándole repetir expresiones denigrantes y groseras, que le gritaba, mientras que otra persona grababa la bochornosa escena.
También, como en el caso de Ensenada, el mozalbete quiso presumir su osadía y colocó la grabación en las redes sociales.
De inmediato, esto escandalizó a muchos de los que tuvieron oportunidad de observar la grabación. Y se soltó el linchamiento.
Presionado por la crítica de que fue objeto, acompañado de su madre, el menor se vió obligado a acudir al Ministerio Público y a pedir perdón, por lo que había hecho.
La representación social, con el apoyo de policías ministeriales, ya había localizado a la víctima y, por tratarse de un menor de edad, el autor de tales hechos, el asunto será canalizado al tribunal para menores infractores.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos, se excusó de conocer del asunto, por tratarse de particulares. Contrario a lo que ocurrió en Ensenada, en donde además de que los agresores eran adultos, al menos una de ellas era funcionaria del gobierno estatal, el otro, un directivo de una institución de educación superior, y otro más, el propietario de un puesto de tacos. Identificados que fueron, se pudo hacer constar que no se trataba de jovenzuelos, ni de individuos desorientados.
No se sabe en que quedó la “broma” de los adultos ensenadenses, pero quedó claro que tales hechos encuadraban en lo previsto en el Artículo 149 del Código Penal federal, en el Título Tercero Bis, y a la vez tipificados como delito, en la Ley federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, aprobada en el año 2007.
Definitivamente, hechos como estos, deben ser sancionados. Pero al observar que los actos de discriminación, en contra de personas indigentes, lo cometen lo mismo adultos, que jóvenes, debe emprenderse una intensa labor de concientización para tratar de fomentar los valores humanos en la sociedad.
Esto es una muestra de lo que está pasando en la sociedad. Mientras que hay grupos que luchan porque se reconozca los supuestos derechos de los animales, hay quienes tratan a los seres humanos peor que a los animales.
Ya no se respeta a los adultos mayores, a los profesores, a los pobres. Quienes muestran tales comportamientos, prácticamente se conducen como delincuentes. Se jactan de que pueden agredir y burlarse de otros, a los que están en desventaja, socialmente hablando.
Los valores humanos, es lo que diferencia a las personas, respecto de los animales. Son aquellas ideas básicas de todo grupo social. Son las virtudes humanas que deben ser conservadas. Permiten la relación armoniosa de los individuos.
Los valores humanos se inculcan, básicamente, en el hogar. Los padres deben cumplir su tarea como tales. No basta procrear, primero, vestir y alimentar, para suponer que se está desempeñando adecuadamente papel tan importante.
Los seres humanos, carentes de valores, están propensos a ser criminales. Individuos antisociales, políticos corruptos. Personas no aptas para desempeñar un trabajo, de manera eficiente, honesta y responsable.
Las personas mal educadas, y por lo tanto, carentes de valores humanos, seguramente serán pésimos padres de familia, con hijos también maleducados. Quizás, peor que ellos.
La falta de valores humanos, no es gracioso. De ninguna manera.
La falta de valores morales, no es algo digno de presumir. Es algo lamentable, que afecta a la sociedad entera.