Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 9 de febrero de 2016 (GT).- Aunque parezca absurdo, cabe observar que hay muchos políticos, que no tienen ni idea, de lo que es la política. O tienen una idea equivocada.
Político, no es aquel que pertenece o milita en un partido político.
Tampoco aquel que forma parte o dirige una organización política.
Mucho menos los que suelen acudir a desayunos, simplemente a tomar café y se la pasan, con otros individuos, platicando sobre temas relacionados con la política.
Es más, tampoco son políticos, aquellos que han manifestado su interés por ocupar cargos de elección popular. La mayoría de ellos, son simples “busca chambas”.
Han de pensar que es interesante ser alcaldes, regidores o diputados locales. Que no hacen gran cosa y que les pagan muy bien. El sueldo, es lo que más llama la atención. Además, tienen a su disposición auxiliares diversos.
Político, no es aquel que es se dedica a regalar cobijas y despensas. Los políticos cobijeros “no sacan el buey de la barranca”.
Ni aquellos que posan sonrientes, para la foto con ancianos o niños.
Los que ocupan espacios en las redes o en los medios impresos, como si fuesen artistas.
Políticos son aquellos individuos, que se preocupan por la problemática spocial.
Los que tratan de encabezar o encauzar movimientos sociales.
Los que hacen el bien, sin fijarse o preguntar a quien. Sin esperar nada a cambio.
Los políticos son gestores sociales. Los que tocan cuantas puertas sea necesario, para que los demás escuchen a los grupos vulnerables. A los que tienen problemas o carencias.
Los verdaderos políticos, andan en “campaña”, todos los días, no solamente en temporadas electorales.
Quienes no son políticos, tienen necesidad de salir a la calle, precisamente porque la mayoría de ellos son desconocidos.
Nunca han movido un dedo, para ayudar a alguien que requiera de apoyo u orientación.
Los políticos, son carismáticos, atentos, gentiles. Se les identifica fácilmente.
No requieren regalar nada, para caer bien. Los que suelen regalar cobijas o despensas, lo hacen como un método simplista, para lograr clientela electoral.
Además, el dinero que gastan o invierten, no lo ganaron con su esfuerzo personal. Generalmente utilizan recursos públicos. Dinero mal habido. Es muy fácil “saludar con sombrero ajeno”.
A los verdaderos políticos, generalmente se les identifica como activistas sociales. No se les identifica con partido alguno. No buscan el reconocimiento, ni el agradecimientode parte de nadie.
Los verdaderos políticos, son héroes anónimos. Los que no buscan la fama. Ayudan por ayudar.
Ese es el problema con los llamados independientes. Ya no hubo cupo para ellos en los partidos políticos y ahora pregonan independencia que nunca tuvieron.
Por eso andan batallando, en estos momento, cuando andan colectando firmas de apoyo ciudadano. Luego lo harán, cuando busquen el voto de los electores.
Por el momento, la única diferencia, entre unos y otros, es que unos navegan bajo la sombra y tutela de un partido político. Los otros, se andan rascando con sus propias uñas.
Nadie puede presumir, que sea diferente a los demás. Unos y otros, van a hacer promesas. Las promesas tradicionales, que de antemano saben que no han de cumplir.
Ya está más que sabido, que en Baja California no hay broncos. El fenómeno sociopolítico de Nuevo León, que llevó a un independiente a gobernar aquella entidad, no se repetirá en Baja California.
Por cierto, Jaime Rodríguez “El bronco”, está demostrando, en la práctica, que no es lo mismo ver los toros desde la barrera, que enfrentarles en el centro del ruedo y agarrarles por los cuernos.
Que una cosa es ganar elecciones, como resultado de campañas mediáticas y otra dar resultados gobernando.
Bueno, en Baja California no ha surgido ni un solo bronco, ni alguien con una campaña bastante convincente o motivadora.
La prueba la tendrán el 5 de junio y tendrán que derrotar, en principio, al abstencionismo. Después de eso, que presuman lo que quieran. Los números, no dejarán mentir a nadie.