Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 30 de enero de 2016 (GT).- Hasta hace algunos años, era relativamente sencillo ubicar a los partidos políticos, conforme a la ideología que profesaban. La geometría política estaba muy definida.
Existía la izquierda, la derecho y el centro. A la izquierda, estaba el comunismo, los obreros, lo revolucionarios. A la derecha, la iglesia, la clase patronal. Al centro, una combinación entre ambos. Algo así como decir que era una izquierda progresista.
Entonces, era materialmente imposible imaginar que las fuerzas políticas de los extremos, convergieran en un determinado proyecto o programa político.
Era tanto como imaginar que pudiesen existir los matrimonios homosexuales. La regla era : los niños con las niñas, las niñas con los niños.
Ideológicamente hablando, podría decirse que los políticos “salieron del closet”, al grado que ahora son una revoltura. Los de la izquierda, andan por la calle, agarrados de la mano con los de la derecha. Sin rubor. Con todo descaro.
Bajo el supuesto, de que “la unión hace la fuerza”, les valen gorro las ideologías. Y de ahí se forma una mezcolanza.
Dizque se unen, para vencer al PRI. Los otros, para vencer al PAN. De ahí se dan, lo que socialmente podría llamarse las relaciones inmorales e ilegales.
Lo más incongruente se da, cuando se alian panistas y perredistas, o en la derecha se da cabida a las clases populares, o visceversa, los partidos, antiguamente populista o identificados con la izquierda, no solamente permiten la entrada de la clase patronal, sino los dejan que los lidereen. Que cada quien hagan sus propias conjeturas.
Cabe aclarar y precisar, que esto no significa que los partidos políticos se hayan modernizado y que ya superaron las cuestiones ideológicas que los separaban. De ninguna manera.
Lo que pasa es que se están volviendo sumamente prácticos. Abandonaron la lucha ideológica, para convertir la política en un negocio.
En días pasados, Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, describió esto. Dijo que en México, los partidos políticos se han permeado de un pragmatismo electoral.
Traducido al español, comentó que los partidos han perdido la brújula ideológica, que durante mucho tiempo orientó la definición de las propuestas ideológicas.
Si no lo entienden, se debe observar que los partidos de izquierda encabezaban las luchas sociales, en tanto que los de la derecha, salían a la defensa de la iglesia y de las clases patronales.
Algo así, como lo que ocurría socialmente. Los niños debían jugar con juguetes de fierro y las niñas con muñecas y trastecitos. Salvo contadas excepciones.
Lo planteado por el Presidente del INE, fue durante el encuentro Internacional de la Izquierda Democrática, en la capital del país.
Y como tratando de decir que esto no tiene remedio, que si ya no les da pena andar agarrados de la mano, siendo de “sexo politico” distinto, deben articular consensos.
Se escucha muy romántica y modernista la sugerencia. Ya ha venido siendo abordada con cierta timidez por varios políticos, cuando reconocen que ya quedaron atrás las elecciones de “carro completo”, cuando llegaban al poder, solamente los candidatos propuestos por un solo partido político, y que ahora tienen que pensar en asociarse y formar gobiernos de coalición.
Cuando gobernaban los de un solo partido político, incurrían en complicidades y cometían una serie de latrocinios.Podría pensarse, que cuando incrustran en la función pública, políticos de los partidos con los que integran alianzas, por pena o desconfianza, son más prudentes, cautos o bien portados. La verdad es que todos son iguales.
Esto también es lo que ocurre socialmente, por la pérdida de valores morales. Los políticos, en su mayoría, ya perdieron sus valores políticos y hoy les guía la codicia, el dinero.
Esto, se refleja en la corrupción generalizada. No importa que partido esté al frente del gobierno. La política se ha convertido en la actividad económica más “rentable”, al grado de que resulta atractiva para muchas personas, porque es el camino más rápido y sencillo para hacerse rico.
Así es que, no es el bienestar social general, lo que los motiva, sino el personal. Por ello es que se alían con quien sea, si eso les permite lograr posiciones en el gobierno, que les reditue hartas ganancias.
No hay, “amor al arte”. Los políticos guardaron sus banderas, para cuando hay que presionar o hacerse notar, cando no logran nada. Cuando les toca la “desgracia” de ser oposición.
Ya no existen políticos soñadores, que quieren cambiar al mundo. Hoy, son tan prácticos, que en lugar de tratar de formar una empresa y crear fuentes de trabajo, están pensando en crear su propio partido político. La legislación electoral es tan “generosa”, que mínimo les garantiza posiciones en el poder legislativo, bien pagadas.
Tan “rentable” es la política, que los empresarios ya están pensando en abandonar sus empresas y convertirse en políticos. Consideran que la vía de los llamados independientes, es una excelente oportunidad, que no se debe desaprovechar.
Eso de las ideologías, han de decir, es tiempo perdido. No andan tan perdidos, como parece. La brújula les guía hacia el dinero.