Por: Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 24 de octubre de 2015 (GT).- En México, existen muchas expresiones populares, que encierran o implican conceptos muy precisos y amplios. Como la palabra “chamaco”, que se refiere a un individuo joven, casi un niño, que precisamente por su falta de vida, carece de experiencia suficiente, madurez y preparación, al grado que casi cualquiera, más listo, malicioso y mayor, se burla de ellos con mucha facilidad. Lo hace tonto, pues.
Por ello, cuando un adulto, resulta víctima de algún hecho y no se percata del engaño de que es objeto, se dice que “lo chamaquearon”. Otros, más duros, dicen que los hicieron tontos. Como le expresión aquella, de quitarle un dulce a un niño. Es un abuso, pero los menores no pueden defenderse de los grandulones o gandallas.
Cabe observar esto, porque muchos coinciden, en que a los flamantes diputados federales, panistas, por Baja California, en el asunto de la homologación del IVA, los chamaquearon. Alguien les dijo, que era una excelente bandera política para agitarla en el proceso electoral del 2015. La utilizaron, como tema principal, al grado de que lo consideraron como algo sencillo de lograr, el obligar al gobierno federal, a reducir la tasa del IVA del 16% al 11%.
Les prometieron a los electores, que lo iban a lograr. En gran parte, por eso ganaron todos los distritos electorales federales en Baja California. Incluso, tratando de ser congruentes y de cumplir su promesa, relativa al IVA, presentaron una iniciativa para ello.
Y casi cantan victoria, anticipadamente, cuando logran colocar en la Comisión de Hacienda de la legislatura federal, a una de sus diputadas, la mexicalense Gina Andrea Cruz Blackledge, esposa del Secretario de Gobierno del Estado, Francisco Rueda. Lo consideraron “pan comido”.
El problema es que nadie les dijo, que en el poder legislativo, los acuerdos se toman por el número de votos. Se fueron al Distrito Federal, a asumir sus funciones de legisladores federales, ilusionados por la victoria aplastante, lograda en Baja California.
Fue triste para ellos, comprobar que si bien es cierto tienen 26 años gobernando a Baja California, a nivel nacional no son tantos, como quisieran. Que el PAN es el principal rival del PRI, pero al final de cuentas es un partido chiquito. Es el grande, de los chicuelos, pero no tiene el tamaño, o el número de votos, suficientes para vencer al PRI.
Seguramente, perdieron la proporción, al observar que en dos elecciones presidenciales, vencieron al PRI, Pero en lugar de crecer, se dejaron llevar por la codicia, al grito de “aprovecha Matías, que de esto no hay todos los días” y decepcionaron a los electores mexicanos, pues resultaron ser iguales, o peores, que los tricolores.
Los legisladores panistas de Baja California, ingenuamente, pensaron que al llegar al Congreso de la Unión. Iban a partir el queso. Que solo sus chicharrones iban a tronar. Apenas en su primera experiencia legislativa, mostraron su candidez. Resultaron ser, políticos artesanales, desconocedores de los procesos legislativos, al grado de que, beisbolísticamente hablando, en el primer turno al bat, no alcanzaron a llegar, ni a primera base.
Se les acusó de traidores e incumplidos, porque no pudieron subir, a la mesa de discusión, el tema del IVA, y a la hora de someter a votación la Ley de Ingresos 2016, del gobierno federal, todos los diputados panistas, votaron a favor. Ni una sola abstención, de su parte.
Quedaron exhibidos, a nivel nacional, como unos inútiles. Lo más que se les ocurrió –ya hecha la regazón- fue acusar de traidores al PRI y al PVEM, lo que no les resultó, porque quienes prometieron tumbar la homologación del IVA, fueron ellos, los panistas, pero ni el intento hicieron, para cumplir dicha promesa.
Tratando, inútilmente, de “salvar el honor”, regresan a Baja California, y pretenden justificar su mediocre y mentirosa actuación. Esto, porque los acusaron de haber cedido, en su pretensión de reducir el IVA.
¡No es cierto!, gritan indignados, y afirman que no cedieron, pero que el PRI y el PVEM, les ganaron por el mayoriteo. Lo que pudieron haber advertido, desde que conocieron los resultados de los comicios. De los 500 legisladores, que integran la Cámara de Diputados, 203 son del PRI, que sumados a los 47 del PVEM, son 250, o sea el 50%.
El PAN, solamente tiene 108 diputados federales. Ni votando todos a favor de la reducción del IVA, logran un resultado favorable.
El caso es que en la Comisión de Hacienda, que preside la panista Gina Andrea Cruz, y que es la que debe aprobar cualesquier propuesta de carácter fiscal, ni siquiera pudieron lograr que el tema del IVA se pusiera en la mesa de discusiones.
Justificando, su aparente tibia actitud, Gina explica que no estaba en sus manos, incluir este tema. La lista de propuestas a discutir, la decide la Junta Directiva de esta Comisión y esta decidió no incluir el del IVA.
Gina, confiesa, que nada pudo hacer, para que la Comisión a su cargo, aceptara abordar el tema del IVA. La Junta Directiva de la Comisión de Hacienda, la integran 7 diputados priístas, 4 diputados del PAN, 3 del PRD, 1 del PVEM, 1 de Morena, 1 del Panal, 1 del PES y 1 de Movimiento Ciudadano. La Mayoría manda.
Lo que los panistas no han podido justificar, es el hecho de que a la hora de someter a votación la Ley de Ingresos 2016, pese a que no incluía el tema del IVA, todos los diputados panistas, sin excepción, votaron a favor. Está claro que los chamaquearon.