Por: Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 28 de octubre de 2015 (GT).- Guardar la proporción de las cosas, es advertir y estar consciente de lo que se puede decir y hacer, estando en una posición o empresa privada, y lo que se puede decir y hacer, estando en una institución pública.
Dicho en otras palabras, no es lo mismo, ser Director de Relaciones Públicas, del Grupo Caliente, constituido por casinos y casas de apuestas, que Presidente del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, organismo desconcentrado del gobierno municipal de esta ciudad, encargado de promover los aspectos positivos y atractivos turísticos de Tijuana.
Otro ejemplo : no es lo mismo “sacarle brillo” a la Avenida Revolución de Tijuana, tapizando de estrellas una banqueta, que tratar de “transformar” la Zona Norte, reconocida por todos como la “zona roja” de la ciudad, en “zona rosa”, mejorando las fachadas de los antros y centros de vicio, para proyectarla, oficialmente, como supuesto “atractivo turístico”.
Indudablemente, Miguel Angel Badiola, hasta esta semana Presidente del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, perdió la proporción de las cosas. Le estaban saliendo bastante bien las cosas, al frente del Cotuco, que llegó a pensar, que podría lograr el milagro de convertir en oro y foco de orgullo de la ciudad, la suciedad concentrada en una parte de la ciudad, conocida simplemente como Zona Norte.
Y tal parece que, ingenuamente, pensó que era capaz de lograr esa transformación. Quizás se imaginaba recibiendo múltiples reconocimientos. Algo así como convertir la zona de tolerancia en “Las Vegas, mexicanas”.
No supo reconocer e identificar, los enormes aspectos negativos de esa área de la ciudad, y no entendió que apoyar a los empresarios que ahí operan, sería tanto como promocionar y fortalecer las actividades denigrantes, vulgares, inmorales y nocivas, que ahí realizan.
Por eso estalló la “bomba” al Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el Dr. Jorge Astiazarán, quien está “pagando” los “platos rotos” por Badiola.
Al ver la avalancha de críticas, que desató o provocó la supuesta campaña promocional de “Tijuana Coqueta”, que pese a ser fin de semana y el lunes de asueto, el Alcalde tuvo que reaccionar de emergencia y aclarar que de ninguna manera estaba a favor de promocionar el turismo sexual.
Cabe observar que, ante la gravedad de las cosas, de inmediato, Astiazarán pidió a Badiola, que acudiera a los medios a declarar, que no habría tal campaña promocional. Incluso, que presentara su renuncia.
En el beisbol, cuando el lanzador está cometiendo errores, el manejador pide tiempo, acude a la loma de lanzamiento y le pide la bola, para designar el relevo. Así, lo hizo con Badiola, pero este, pese a los abucheos, se negó a presentar su renuncia, y por lo tanto, pretendió continuar “coqueteando”.
Incluso, Badiola, aferrado en que estaba haciendo bien las cosas, y tratando de demostrar que habían sido simples malos entendidos, la tarde del lunes convocó a conferencia de prensa, que pretendía llevar a cabo este martes, a las 9:00 de la mañana, dizque para dar los detalles del programa “Tijuana Coqueta”.
Esto obligó el Alcalde, a emitir un comunicado, declarando que su administración, no se prestará a emprender ninguna campaña que enturbie la imagen de la ciudad, en alusión a la llamada “Tijuana Coqueta”.
Por si había alguna duda al respecto, advirtió que si el Consejo del Cotuco, no apoya su propuesta, solicitará congelar los fondos que su administración le entrega. Para mayor contundencia, exigió formalmente la renuncia de Badiola al Cotuco.
Ante esto, Badiola canceló la conferencia de prensa.
Este “incidente”, evidenció, que Badiola “perdió el piso”. Llegó al Cotuco, impulsado por su jefe y amigo, el empresario casinero, y consideró que el Alcalde no se atrevería a retirarlo del cargo. Sería tanto como retar a Hank. ¡Ufff!
Sin embargo, es indudable que Badiola “metió la pata”. Cometió el error, de organizar una campaña promocional, a favor de los antreros de la Zona Norte, con cuya revelación, provocó el escándalo y, además, un conflicto de tintes políticos. Ni modo, el que se equivoca, pierde. Como diría un cartonista político : “ni modo de defenderlo”.
Es lamentable, que habiendo sido reelecto, para un segundo período, al frente del Cotuco, hace unos días, sea obligado a retirarse, vergonzosamente. Badiola perdió el piso. Se sentía en las nubes, al grado que ya había manifestado su interés por contender como candidato priísta, a una diputación, en los comicios del 2016.
Su desproporción de las cosas, le harán pagar las consecuencias. Sabrá lo que es pasar, “de la gloria al infierno”.
El perder las proporciones de las cosas, es algo común de muchos políticos mexicanos. Apenas logran llegar a un cargo público, y se sienten soñados.
En compensación, los antreros podrían designar a Badiola como su director de relaciones públicas y, entonces sí, realizar su campaña “Tijuana Coqueta”. Podría ser.