Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 3 de julio de 2015 (GT).- Los aspirantes a participar como candidatos a alcaldes, regidores, sindicos o diputados locales, en los comicios del 2016, evidentemente están incurriendo en una confusión muy seria, que indudablemente les llevará al fracaso, en sus pretensiones políticas. Las observaciones y precisiones, valen tanto para los políticos partidistas, como para los ciudadanos a quienes ya les picó el bicho de la poltica.
Porque, aunque no lo crean, la “calentura” política, pierde hasta a los más sensatos. Es como cuando “Cupido” flecha a alguien. De inmediato se escuchan campanitas y se pierde todo contacto con la realidad.
Un enamorado, o enamorada, que para el caso da lo mismo, no escucha consejos, ni atiende observaciones, ni mucho menos recomendaciones o consejos, cuando alguien le dice que no le conviene la persona autora del “hechizo”. No reconoce defectos. Ve solo supuestas virtudes.
A los políticos, si quieren llevarse bien con ellos, díganles que nadie mejor que ellos, para tal o cual posición. Que se la merecen, después de tanta espera. Que es el candidato o candidata, ideal. Al receptor, de tales halagos, hasta le han de brillar los ojitos.
Cualquier cosa que le digan, que sea contraria a sus intereses, o a sus aspiraciones, ni la va a escuchar. Dentro de sí mismo, va a decir que son puros envidiosos y mala leche, que no reconocen su trayectoria. Que ya quisieran tener al menos la mitad de lo que ellos son.
Y es que para él, o ella, las constantes llamadas que recibe, no le dejan lugar a dudas. Va a los eventos partidistas o sociales en general, y siente que todas las miradas están dirigidas a su persona.
Quizás en los de su círculo social, sea de los más vistos en los medios. El que más aparece por doquier. Pero de eso, a que sean conocidos, aceptados y favorecidos, por lo que se llama “la intención del voto”, hay una distancia enorme.
Como dirían los “sabios” de la política, para determinar las posibilidades de éxito o triunfo electoral, de una persona en lo particular, habría qué hacerles, varios cuestionamientos.
¿Eres partidista? Si lo eres, ¿en qué partido militas? Hay electores, a quienes les importa poco la personalidad y trayectoria del candidato. Votan en contra de ellos, en razón del partido. Por ejemplo, está muy extendida la idea, de que el generador de la mayoría de los males sociales, en México, es el Presidente Peña Nieto.
¿Qué tan conocido, o conocida, es en el distirito o zona donde pretende realizar su campaña política? ¿Vive en el distrito o zona, o a la mejor, ni lo conoce y por lo tanto nunca lo han visto, por ahí?
Lo más importante : ¿Qué ha hecho, a favor de los residentes o habitantes de tal o cual distrito? A la mejor nunca ha movido, ni siquiera un dedo, para apoyar a alguien de esa zona o distrito. No se vale, utilizar expresiones demagógica, tales como “siempre estaré con ustedes”, “soy su gestor, o gestora”, si antes de la campaña, nunca tocó las puertas de sus casas, no para pedir el voto, si no para ofrecerles su ayuda.
Algo más : ¿Tienen oficina de gestoría social, en la zona o distrito? y ¿desde hace cuánto? ¿Conoce personalmente y recuerda los nombres de los principales líderes sociales de la zona o distrito?
¿Sabe cuántas colonias o fraccionamientos existen en la zona o distrito, y cuáles los problemas que les aquejan? ¿Cuántas obras o servicios, se realizaron o prestaron en la zona o distrito, gracias a su intervención o gestión?
Siendo honesto, u honesta, ¿puede afirmar que ostenta liderazgo y ascendencia, sobre los electores o residentes del distrito o zona que pretende representar?
Así mismo : ¿Qué ha hecho, en forma concreta, para combatir la corrupción?
Otra más : ¿Es disciplinado, o disciplinada, a su partido, pese a que dentro de este se practica la deshonestidad y se alienta la impunidad?
Todo esto, vale la pena precisarlo y aclararlo, porque los políticos tradicionales, son simuladores, frívolos y deshonestos, por naturaleza propia.
Dicen que encabeza o dirigen a cientos y los únicos que los siguen, son los cobradores. Que son muy conocidos, y solamente en sus casas los conocen. Que cuentan con la simpatía de muchos, pero esos son chambistas, que les sonríen para ser favorecídos. De los acarreados, a los que les dió al menos torta y refresco, y a los espías de los rivales políticos, que les siguen los pasos, para conocer sus debilidades.
Los verdaderos líderes, son aquellos que han invertido mucho tiempo y recursos, para ayudar a los demás, sin la intención de recibir un pago o beneficio.
Los políticos, por regla general, nunca dan nada, sin esperar algo a cambio.
¿Cuántos aspirantes, podrían dar respuestas positivas, efectivas y contundentes, a estos cuestionamientos?
La cuestión no es, cuanto tienen en la política, sino qué tanto han hecho por la ciudadanía. No se confundan.