Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 14 de febrero de 2016 (GT).- En algunos deportes, existen colaboradores o auxiliares de los deportistas individuales. Principalmente en el box, a los que se les conoce como sparring.
No son propiamente rivales. Ni siquiera son peleas formales. Forman parte del proceso de entrenamiento de un peleador. Es más el sparring, es parte de su equipo de trabajo.
En algunos casos, hay individuos que ofrecen sus servicios de sparring a un peleador, como parte de su preparación personal. Después de un tiempo, cuando consideran que ya están listo, hacen su debut.
No cualquiera puede ser sparring. Debe tener el peso y condiciones del peleador “estrella”. Si no tiene experiencia en el boxeo, no hay tanto problema, el entrenador le dará las instrucciones básicas. También puede ocurrir, que se trate de un peleador natural.
En política, el recurso del sparring se utiliza, porque la legislación electoral lo permite. Dice que cuando hay varios aspirantes a un cargo de elección popular, estos pueden realizar precampaña, o sea actividades proselitistas, antes de la campaña formal.
Es ideal, cuando solamente hay un aspirante. Suele ocurrir que, a valores entendidos, se registren como precandidatos, individuos que carecen de perfil para ello, básicamente, porque su experiencia y trayectoria política es nula.
Eso les importa poco. Al fin y al cabo, todo está debidamente controlado. Es una simple treta, para dar la apariencia de que hay efervescencia y de que existe democracia. Que todos tienen derecho a aspirar y a participar para lograr una candidatura.
En política, no hay democracia. Todo es mera “pantalla”. Los encargados de decidir, o que aparentemente tienen esa responsabilidad, solamente levantan la mano, a favor de quien deben hacerlo. Incluso en contra de su voluntad. Debe “ganar”, el que “debe” ganar.
Insistiendo, el “elegido”, sabe perfectamente que todo es puro “teatro”. Que “llueve o truene”, va a ser el favorecido. Que el supuesto rival, solamente será un “bulto”, como le llaman en el box al aparente contrincante, que recibirá todos los golpes que le envie el “estrellita” y que está obligado a “apechugar”. Sin chillar.
El ejemplo de ello, se tiene en Tecate, el llamado “Pueblo Mágico”. Desde antes de que surgiera el tema de la paridad de género, en el PRI existía la intención de postular a la diputada Nereida Fuentes, como candidata a alcalde. Al tener que aceptar, que el reparto de candidaturas, entre hombres y mujeres, tendrá que ser “a chaleco”, pues todo quedó “como anillo al dedo”.
El único problema era que no había quien le hiciera “sombra” a Nereida, para que, al registrarse como prrecandidata, permitiera a la legisladora, hacer precampaña y con ello, tratar de garantizar un posible triunfo electoral.
Alguien por ahí observó, que un elemento ideal para ello, podría ser la esposa del alcalde del “Pueblo Mágico”, César Moreno, de nombre Claudia González.
Pro una voz advirtió, que el problema es que no es política. Los dirigentes partidistas respondieron que eso estaba mejor, pues nada más funcionaría como sparring. Que una vez electa candidata Nereida, la esposa del Presidente Municipal, se reintegraría a sus actividades institucionales de Primera Dama.
Una vez tomada la decisión al respecto, se lo hicieron saber al jóven matrimonio Moreno González. La cuestión es que, esto sedujo a la señora. No teniendo formación, ni trayectoria política alguna, más que el ser la esposa del Alcalde, le sedujo la idea de contender para la candidatura a la alcaldía. El empezar a hacer carrera política.
Los terceros, que no estaban enterados que todo sería mero “teatro”, cayeron en el juego. Con mayor razón aquellos que tienen antipatía por Nereida. Ciertamente, es una excelente persona.
Entonces, empezaron a manejar el nombre de la señora González, como fuerte prospecto a la alcaldía. Los dirigentes partidistas ya no solamente manejaron el nombre de la legisladora. Ya tenían sparring para Nereida.
Lo curioso es que la aludida, siente que es fabuloso que hayan “descubierto” sus “aptitudes políticas”. Se niega a aceptar y reconocer, que eso la llevará a enfrentar serios riesgos.
Todo político, sea hombre o mujer, es objeto de críticas. Unas sanas y positivas. Otras malévolas, tendenciosas e infundadas. Y se tiene que aguantar. La falta de capacidad de tolerancia, ocasiona serios daños a la salud de las personas.
Así mismo, el ser político, sea hombre o mujer, dicen que es aprender a comer mierda, sin hacer gestos. Hay que acatar las consignas partidistas, aunque parezcan arbitrarias, absurdas y denigrantes.
Sibre todo, hay quienes advierten, que los cargos públicos, no son hereditarios. Que el primer obstáculo, para ser candidata a alcalde, es precisamente ser la esposa del actual Presidente Municipal. De llegar a serlo y triunfar en los comicios, seguramente no se atrevería a cuestionar la gestión administrativa de su pareja.
Así mismo, en el caso que nos ocupa, se presenta el riesgo de que la “sparring”, de un golpe de suerte y noquée a la supuesta “elegida” y la deje tendida en la lona. Puede ocurrir.