Tijuana, B. C., 2 de abril de 2017 (GT).- Ante la lentitud que por su propia estructura muestran los gobiernos nacionales, es tiempo de las metrópolis y la solución está en tener gobiernos locales fuertes, que sumen a la comunidad y al sector empresarial, porque la política local es más eficaz que la nacional y el cambio empieza en las ciudades.
Así lo sostuvo José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), opinando que las pesadas estructuras de los gobiernos nacionales les restan agilidad para responder a los retos y esto hace que el avance del país sea muy lento, por lo que deben aprovecharse, como relevos, los liderazgos en las ciudades.
“No hay que olvidar que la mayor parte de la población mexicana está en las urbes y que los gobiernos de primer contacto con la gente son los municipales, además de que los servicios que más demanda la población son de orden local, de manera que los gobiernos locales son la solución, si son más fuertes y más próximos al sentir ciudadano”, expresó.
Los esquemas financieros, agregó, aún tienen escala nacional e internacional, faltaría trabajar más el tema, pero con más eficiencia los recursos llegarían en mayor proporción al lugar de aplicación, pues además es allí donde se generaron, solo que regímenes fiscales centralizados nacionalmente empoderan inútilmente burocracias lejanas e insensibles.
“En la frontera de California y Baja California existe una comunidad colaborativa más allá de sus gobiernos nacionales, con gobiernos locales mucho más sensibles que las políticas de sus respectivos gobiernos federales; la nueva era en la administración del gobierno norteamericano podría ser solo como un traspié que resiste y por eso mismo apoya”, dijo.
Seguro todo tiene mejora, añadió Zavala Álvarez, aquí tenemos la capacidad de reacción y compromiso por el vecindario, eso no lo ven ni la Ciudad de México ni Washington; aquí en esta trinchera soportamos y resistimos los tiempos difíciles de la nueva administración, con ciudades cada vez más inteligentes y más sanas.
Tras recordar que en las ciudades es donde el futuro ocurre primero, destacó el papel del C40, una red que agrupa a más de 80 de las principales ciudades del mundo, comprometidas a mitigar el cambio climático, promoviendo la cooperación mutua, ciudades que representan más de 600 millones de personas y un cuarto de la economía mundial.
Asimismo, refirió la agencia internacional “ICLEI-Gobiernos Locales por la Sustentabilidad”, que da capacitación, asistencia técnica y asesoría en el diseño y ejecución de programas de desarrollo sustentable; aunque está presente en más de 86 países, tan solo el Secretariado para México, Centroamérica y el Caribe trabaja con más de 500 municipios.
“Cuando la discusión sobre cambio climático parecía superada y estábamos listos para la acción, con pactos internacionales como el Acuerdo de París para reducir emisiones de gases efecto invernadero, los gobiernos de Estados Unidos y Rusia declaran que el cambio climático no es causado por el hombre; Putin incluso considera el deshielo del polo norte como benéfico”, criticó.
Recordó a líderes como José Sarukhán Kermez, notable científico a cargo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), quien en una de sus conferencias dimensiona, en tiempo y espacio, la edad de la Tierra contra el tiempo que el humano ha estado presente, pues el humano es solo una de las especies vivientes y la Tierra solo un planeta en la inmensidad del sistema solar, la galaxia y el mismo universo.
Igualmente, mencionó a Mario Molina, Premio Nóbel de Química por estudiar la degradación de la capa de ozono que derivó en el Protocolo de Montreal, la más exitosa colaboración política y tecnológica en la historia reciente, que permitió modificar la tecnología de refrigeración del mundo y detener, aunque ahora ya se restituye, el crecimiento del hoyo de ozono.
En cuanto al rol empresarial, destacó que cada vez más empresas grandes y pequeñas asumen el compromiso con actividades económicas amigables con el medio ambiente, logrando producción limpia, eco-eficiencia, certificaciones y etiquetados verdes, lo cual tiene su propia lógica de sustentabilidad y no se detendrá ni cambiará por el reciente anuncio sobre eventuales cambios en la producción de energía limpia en Estados Unidos.
“Vamos en la ruta del consumo sustentable, limpio, inteligente, con ciudadanos conscientes de lo que patrocinan con su consumo, informados de la cuenta completa de los productos y servicios; es un camino sin retorno, la toma de conciencia no tiene reversa y cada vez más gente busca en productos y servicios una señal amigable con el medio ambiente”, comentó.
El rendimiento de kilometraje, añadió el director del CIGA, es hoy un argumento de venta en la industria automotriz, mientras que libre de plomo, mercurio o compuestos volátiles orgánicos (VOC) son también etiquetas preferidas, por ejemplo, en los electrónicos y qué decir de los alimentos orgánicos, los materiales reciclables y los productos de reúso.
Estamos solo en un paréntesis, finalizó José Carmelo Zavala, para fortalecer nuestras convicciones y ejercitar la tolerancia a la diversidad, aun cuando hoy las posturas y decisiones que algunos gobiernos toman frente a retos globales como el cambio climático, solo nos expresen ignorancia en su forma más brutal.