La disyuntiva política

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 8 de agosto de 2015 (GT).- El inminente nuevo dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, enfrenta una de las más serias disyuntivas de su vida. Tres años para recomponer al Partido Revolucionario Institucional y de paso para tener el mérito suficiente para lograr la candidatura tricolor a la Presidencia de la República.

Dicen, que cada quien es arquitecto de su propio destino. A Manlio le corresponde construir su propio andamiaje para contender por la primera magistratura del país. No será nada sencillo. Pero, no podía ser de otra forma.

Manlio no es “monedita de oro” de muchos. Seguramente tiene muchos pecados, pero hace tiempo que en México se acabó la producción de políticos de primer nivel. Ya no los hay, ni letrados, ni cabales.

Agarrará un partido, casi en decadencia. Con una historia negra y una larga cola de suciedades y vergüenzas, que a cualquiera dan pena, decir que se milita en el tricolor.

El solo hecho de tener a la política como la actividad más desprestigiada y a los políticos, como los individuos máa detestables. Es un mal principio y un duro reto a vencer.

La disyuntiva era el guardarse hasta dentro de tres años, para competir por la candidatura presidencial, pero con un partido aún más desprestigiado y por lo tanto con menos esperanzas y posibilidades de triunfo, o ponerse a hacer la talacha, para reforzar su cimentación y sus estructuras.

Además, difícilmente alguien trabaja para beneficio de otro. Sobre todo, cuando no son del mismo equipo.

Así es que no tuvo otra opción que ponerse el “overol” y a reparar todas las fallas, fracturss y deficiencias del priísmo.

A partir del día en que asuma la dirigencia nacional del PRI, tendrá que hacer a un lado las viejas prácticas que había venido aplicando César Camacho. Sobre todo, ahora que los candidatos independientes están de moda.

En especial, luego de que en Nuevo León, Jaime Rodríguez, “El Bronco”, un candidato sin partido, le arrebató la guberntura de Nuevo León, al PRI y al PAN. Y lo irónico es que militó años en el ticolor, pero no lo valoraron. Se salió, para ganarles.

Ambos partidos, PEI y PAN, aglutinaron a lo peor de la clase política mexicana. Si realmente desea rendir buenas cuentas, tendrá que establecer sistemas de selección de candidatos, claros y democráticos. Escoger a aquellos que sean los más idóneos, con los mejores perfiles.

En Baja California, por ejemplo, el PRI se convirtió en la antítesis de los partidos políticos. Por mera necedad, estaban conformando el partido de los corruptos y desprestigios.

El haberse aferrado a postular como candidato a diputado federal, al exalcalde mexicalense Francisco Pérez Tejada Padilla, acusado de haber malversado fondos por aproximadamente mil millones de pesos, más que aberrante, es vergonzante.

O el caso de Javier Urbalejo Cinco, exalcalde tecatense, acusado de haber seguido operando la Tesorería Municipal, desde la comodidad de su casa, pero luego de concluir su gestión administrativa, e incrustrarlo en la dirigencias estatal del PRI, para blindarlo y evitar que fuese a parar a la cárcel, fue más que un acto de pillaje.

La historia de las tropelías de los demás exalcaldes priístas, Enrique Pelayo Torres, de Ensenada, Javier Robles Aguirre, de Playas de Rosarito y Carlos Bustamante Anchondo, de Tijuana, que deberían ser la vergüenza del priísmo de la entidad, pero ya los promueven como sus mejores prospectos para próximas elecciones.

Será cuestión de ver, en principio, en manos de qué nefastos deja el priísmo en la entidad, y luego ver a qué lagartijas, sapos y culebras postulan a las diversas candidaturas.

Se le recomienda, que lo primero que haga, es colocar letreros en las oficinas administrativas del PRI, empezando por las del propio Comité Ejecutivo Nacional : “Abstenerse de proponer como candidatos a puestos de elección popular a parientes, ahijados o compadres de los dirigentes partidistas”.

Si desea apoyar a algunos de ellos, que los mande de “officce boy”, y que los enivie a cursos de modestia, simpatia y relaciones públicas. Pero hasta ahí.

En el 2016, en Baja California contenderán por 5 alcaldías, regidurías. Sindicaturas y diputaciones locales. Cada uno debe lograr las candidaturas priístas, por méritos propios y no por mera recomendación o “dedazo”.

Así mismo, las dirigencias partidistas, deben dejr de ser simples oficinas administrativas y ejercer un verdadero liderazgo. Bueno, si es que quiere tener un partido fuerte, cuando en el 2018 desee contender por la Presidencia de ls Repúblics.

Destruir un partido, se logra en menos tiempo de lo que se imaginan. Construirlo, tardademasiados años.

El exgobernador de Sonora, está ante la disyuntiva de que se le reconozca como el salvador del priísmo, o el sepulturero del PRI. Todo depende de él.

Notas relacionadas

Stay Connected

0SeguidoresSeguir
0SuscriptoresSuscribirte

Lo ultimo