Francia 5 de febrero de 2016 (ElEconomista).- Francia se ha convertido en el primer país del mundo en prohibir a los supermercados tirar o destruir los alimentos que no se han vendido. El Gobierno galo fuerza así a las grandes superficies a donar estos productos a organizaciones benéficas y a los bancos de alimentos, informa The Guardian.
En virtud de una ley aprobada por unanimidad en el Senado francés, los responsables de los supermercados, de superficies de más de 400 metros cuadrados, se expondrán a una multa de 75.000 euros o dos años de cárcel si no cumplen la norma.
Los bancos de alimentos y las organizaciones benéficas, por su parte, están obligados a recoger y almacenar los alimentos en condiciones higiénicas y distribuirlos adecuadamente.
Esta ley se ha aprobado tras una campaña liderada por Arash Derambarsh, un concejal del municipio de Courbevoie, al noroeste de París. Los activistas afines a Derambarsh ahora esperan persuadir a la Unión Europea (UE) para que adopte una legislación similar para todos los estados miembros.
A la basura: siete millones de toneladas
El desperdicio de alimentos se ha convertido en un problema a escala global. Según un informe de 2014 de la Cámara de los Lores del Parlamento británico, sólo en Francia se tiran siete millones de toneladas de alimentos, de los cuales un 67% es por parte de los propios consumidores y el resto de restaurantes y supermercados.
A nivel europeo, el mismo estudio señala que 89 millones de toneladas de alimentos se tiran en la UE. En todo el mundo se calcula que entre un 30% y un 50% de los alimentos producidos nunca llegan a ser consumidos.