Tijuana, B. C., 21 de mayo de 2017 (GT).- La ciudad requiere que su gobierno municipal muestre mayor visión y voluntad política para armonizar a las partes en conflicto y salvar el proyecto del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), pues solo poniendo en marcha todo el proyecto es que se reducirán tiempos de espera y su uso será atractivo.
Así lo consideró José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que el presidente municipal, Juan Manuel Gastélum Buenrostro, debe aprovechar su capital político para articular a las partes, a los diferentes actores y así poder caminar en una sola dirección y con una meta en el horizonte: Tijuana.
“El alcalde heredó al hijo que no quiere, porque su alianza electoral lo comprometió con el segmento crítico del SITT, empresas transportistas que no se sumaron al proyecto, pero es el momento, la oportunidad de hacer los arreglos políticos y empresariales para que el proyecto crezca y mejore; el valor superior es Tijuana, la ciudad de y para todos”, destacó.
Recordó que desde sus primeros días al frente de la actual administración, Juan Manuel Gastélum declaró que el proyecto del SITT continuaría, aunque con ajustes, cambio de director y modificaciones en la obra, pero la realidad es que su equipo parece no haberlo entendido así y el abandono en que lucen las casetas es grosero a la vista de todos.
Con tristeza y rabia, dijo Zavala Álvarez, los ciudadanos hemos visto “bollas” y “jaulas” abandonadas, el dinero de todos tirado y derrochado por los “nuevos” que llegan; ahora las nuevas casetas lucen en el abandono, con basura, graffiti, vandalismo, son los recursos de todos tirados nuevamente a la basura, un derroche insultante del bien público.
“El SITT está solo, subutilizado, es una paradoja de oferta-demanda: para qué más frecuencia de camiones si no hay pasajeros, y los pasajeros buscan otra opción por la larga espera; debe arrancar todo el proyecto trazado para que su uso sea atractivo y se tenga el éxito de las ciudades inteligentes, donde la gente usa transporte público porque lo ve más atractivo que usar sus propios carros”, sostuvo.
Zavala Álvarez recordó que por muchos años el sueño y pesadilla colectiva de Tijuana ha sido el transporte público, dado que muchos proyectos e intentos han fracasado o sido abortados porque cada nueva administración desprecia el avance de la administración anterior, en un derroche del recurso y bien público.
“Seguro el SITT tiene áreas de mejora, el expresidente municipal, Jorge Astiazarán, intentó desesperadamente la inauguración, incluso dijo muchas veces que ya estaba la ruta troncal al 92%, aunque solo él mirara ese avance; no alcanzó y qué, así son las grandes obras, no tiene que estar el nombre y huella personal de cada ilustre gobernante en la placa de inauguración”, comentó.
Ahora, añadió José Carmelo Zavala, una virtud que debe mostrar el gobierno de Gastélum Buenrostro es aprovechar su capital político para armonizar a los distintos actores involucrados, poniendo por encima el bienestar y las necesidades de Tijuana, y no solo atendiendo, como pareciera que hoy ocurre, el interés de una de las partes.
“El SITT tiene mejoras posibles: el uso de gas natural, mejores accesos a las terminales, agregar la opción de escaleras en las largas rampas de zigzag, mayor iluminación en los puentes, botes más bonitos para la basura, considerar el manejo de residuos en talleres; vamos todos, cada quien su parte, caminemos por Tijuana”, finalizó el director del CIGA.
En febrero de 2016, el Centro Mario Molina publicó el documento “Mejorar la calidad del aire en el Valle de México es urgente y un gran reto para la sociedad”, en el que se hace una reflexión sobre las causas, consecuencias y líneas generales de solución a los graves problemas de contaminación atmosférica y congestión vehicular que se padecen en la Zona Metropolitana del Valle de México.
Las primeras medidas que el Centro Mario Molina enlistó como vitales para atacar dicha problemática fueron, precisamente, la de acelerar el desarrollo de sistemas de transporte público de bajas emisiones, de calidad e integrado a escala metropolitana; asimismo, promover el uso racional del automóvil y las tecnologías limpias.