Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 28 de febrero de 2015 (GT).-Hay un dicho por ahí, que advierte que “el juez, por su casa empieza” y se complementa con otro que indica, que “hay que predicar con el ejemplo”.
Ningún mexicano desconoce, que México anda mal. Sumamente mal. En especial en el aspecto económico. Un aparato burocrático costosísimo y una corrupción desbordante, que hace ineficiente a la administración pública.
Si alguien no lo entiende, cabe observar que la carga fiscal es pesada, porque los pillos en el gobierno se roban los dineros públicos o lo reparten entre sus compas asignándoles contratos de obras y servicios, que muchas de las veces terminan en obras de relumbrón, innecesarias y no acordes con la capacidad económica de los mexicanos. Es más, que ni siquiera propician productividad alguna y por lo tanto fuentes de trabajo.
Las cosas se complicaron, con la marcada baja de los precios del petróleo, que obligó a los gobernantes a hacer ajustes en el gasto público y por lo tanto a hacer mucho menos, de lo poco que antes hacían.
Muchos aplaudieron, que el gobierno federal, apenas iniciado el mes de febrero, haya reducido el gasto público en 124 mil millones de pesos. Lo que pocos se percataron, es que todo habría sido más sencillo, si el presupuesto del 2015, se hubiese proyectado con esa reducción.
Pero, pese a la crisis en la que se encuentra el país, desde hace varios sexenios, se sigue planeando como si se estuviese en la abundancia, y se gasta, hasta lo que no se tiene.
Si se actuara con congruencia, honestidad y sentido común, se debería reconocer y aceptar, que urgen políticas de austeridad y recortar gastos que implican despilfarro.
Deben saber, que cuando los políticos hablan de austeridad, al igual que ocurre con la política anticorrupción, generalmente se trata de expresiones “de dientes para afuera”. Que casi nadie está dispuesto a hacer sacrificios personales.
Y, como dicen, para muestra un botón. En este caso, un botonzote.
El pasado miércoles, el diputado federal bajacaliforniano, Jaime Bonilla Valdez, como integrante del grupo parlamentario de Morena, presentó una excelente propuesta a la Cámara de Diputados, a través de la Junta de Coordinación Política.
De inmediato, los coordinadores de las diversas fracciones parlamentarias, hicieron contacto con el legislador de Baja California, para que retirara la propuesta. Reconocieron que aunque al final de cuentas, no la aprobarán, será incómodo, para ellos, ventilarla.
En la misma, cuestiona el gasto excesivo que causan al erario público los partidos políticos. Dice que quienes están a favor del financiamiento público de los partidos políticos, las llamadas prerrogativas, pues, señalan que es un mecanismo para equilibrar las condiciones de competencia entre los distintos partidos.
Que esto elimina, la entrada de recursos de procedencia ilícita a las campañas electorales.
Pero advierte, que no se da, ni lo uno, ni lo otro. No hay equilibro, porque mientras que un partido recibe más de un mil millones de pesos, otros apenas poco más de 120 millones. Y las entradas ilícitas de recursos, no se frenan.
Observa, que más bien, los partidos políticos se han convertido en negocios de grupúsculos, que ni se interesan por las necesidades populares.
Por lo tanto, señala que ya deje de verse como un tabú, el que los partidos existan u operen, con las aportaciones voluntarias de sus militantes y simpatizantes. Con financiamiento privado.
Por lo tanto, la propuesta de Bonilla Valdez, es que desaparezca el financiamiento público de los partidos políticos. Que se establezcan condiciones, que les permitan generar sus propios recursos.
Así mismo, que el 3% de esos ingresos, que denomina financiamiento privado, sea utilizado por los partidos políticos, para realizar actividades específicas, relativas a la educación, capacitación, investigación socioeconómica y política, así como tareas editoriales.
¿Y de cuánto estamos hablando ?
Lo indica el propio legislador. Dice que de 2000 a 2013, hubo 16 partidos políticos nacionales, unos aún en funciones y otros que ya desaparecieron, que vía financiamiento público recibieron la “modesta” suma de 45 mil 290 millones 930 mil pesos.
En el 2015, los 10 partidos políticos existentes, con presencia nacional, recibirán la cantidad de 3 mil 925 millones 109 mil pesos.
De esos, el PRI recibirá 1,375 millones, PAN 1,157 millones, PRD 886 millones, PVEM 444 millones, PT 389 millones, Nueva Alianza 371 millones, MC 368 millones, Morena 120 millones, Humanista 120 millones y Encuentro Social 120 millones. Qué chulada.
Los políticos, consideran que es más fácil, y redituable, o rentable, crear un partido, que una empresa. Invierten poco, trabajan poco, casi nada, y ganan mucho.
La propuesta de eliminar las prerrogativas de los partidos políticos, o sea el financiamiento público, es excelente, pero es de ilusos pensar en que los políticos la aprueben. Ni para qué soñar.
gil_lavenants@hotmail.com