Por Francisco Ruiz*
Tijuana, B. C., 01 de febrero de 2018.- Cuatrocientos años antes de Cristo, el filósofo griego Aristocles Podros, mejor conocido como Platón, legó a la humanidad conceptos y teorías invaluables, como resultado de su aprendizaje como discípulo de Sócrates -el “Padre de la Filosofía”-, conocimiento aderezado con su sobresaliente talento.
La tercia de grandes pensadores se cerró con las aportaciones de Aristóteles, de quien Platón fue maestro. Así, los tres filósofos griegos dedicaron su vida a intentar comprender la existencia humana.
El “Mito de la Caverna”, inscrito en el séptimo libro de “La República”, es una alegoría mediante la cual Platón explica cómo es que el ser humano adquiere el conocimiento: el adquirido por los sentidos y la razón.
El autor narra detalladamente la escena de hombres encadenados desde su infancia al interior de una cueva, quienes sólo distinguen sombras de lo que ocurre afuera. Avanzada la lectura, el autor pregunta qué pasaría si los hombres recluidos en la caverna fueran liberados y apreciaran claramente el mundo exterior, a lo cual se responde: “…no creerían que pudiera existir otra realidad que estas mismas sombras.”
Pues bien, llevando esta alegoría a la práctica pareciera que, previo a los años 90, nuestro país vivió temeroso del exterior al contemplar un limitado panorama derivado de la penumbra. Sin embargo, actualmente contamos con la amplia visión que nos brinda la certeza y competitividad que hemos conquistado frente a la apertura al mundo globalizado; hemos aprendido “por grados a hacer todas esas reflexiones”.
Carlos Salinas, en su artículo recientemente publicado por el diario español El País, interroga a los liderazgos nacionales a través de los ojos del lector: “¿Generaremos las condiciones de confianza para que el exterior decida mantener, fortalecer y mejorar la relación de corresponsabilidad que actualmente sostenemos como socios globales?”, se trata de una duda digna de ser considerada.
En el mismo escrito, el ex Presidente también cuestiona: “Si muchas de las disputas nacionales han tenido y tienen su origen más allá de nuestras fronteras, en un contexto internacional, el de hoy, agobiado por grados de confusión, temor e incertidumbre desconocidos en varias generaciones, ¿continuarán algunos de los aspirantes atados al localismo y al simplismo, o asumirán finalmente que a lo largo de su historia y por su ubicación geográfica, en México la política siempre ha sido y seguirá siendo geopolítica?”
Platón nos ofrece su consejo por medio de las letras: “Sí este hombre volviera de nuevo a su prisión, para ocupar su antiguo puesto, en este tránsito repentino de la plena luz a la oscuridad, ¿no se encontraría como ciego? — Sí… Mira ahora lo que naturalmente debe suceder a estos hombres, si se les libra de las cadenas y se les cura de su error…”.
Hoy en día, la aplastante y demandante realidad global nos impide retroceder, a menos que nuestro deseo sea vivir de nuevo en el México “de la caverna”.
P. S.- “Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia”, Platón.