Tijuana, B. C., 8 de enero de 2017 (GT).- El gobierno mexicano apostó a la industria automotriz durante años, pero deberá replantear su política automotriz ante el panorama cambiante en Estados Unidos, que considera algo desleal los apoyos de atracción de inversión extranjera en México, porque nuestro país no ofrece los mismos estímulos a su inversión nacional.
Así lo sostuvo José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), opinando que las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, revelan que el próximo gobierno de ese país considera desleal la competencia subsidiada por el gobierno mexicano y reacciona con violenta determinación para defender su planta laboral propia y nacional.
Zavala Álvarez afirmó que el próximo gobierno de Estados Unidos manda señales terribles para esa política de subsidios, pero no ha sido el único inconforme, ya antes otros sectores industriales y empresarios en México se quejaron de la preferencia y los últimos casos son emblemáticos, como el de KIA en Nuevo León.
Opinó que si los criterios de apoyo a la inversión extranjera fueran aplicados a la inversión nacional, especialmente a las micros y pequeñas empresas, México sería otro país; asimismo, destacó que hoy es tiempo de construir y de aprovechar las fortalezas internas, porque es vital estimular al sector productivo nacional.
Todavía es un sueño, agregó, que cada gobierno dijera, en el ámbito de su competencia: “te dono este terreno, te exento los impuestos por 5 años, te ofrezco un aval de crédito”, como se ha hecho con la industria automotriz “nacional”; un ejemplo es que el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, dijo que las finanzas estatales no permitían “donar o apoyar” con recursos fiscales del orden de los 7 mil millones de pesos a KIA.
“El gobierno de Nuevo León no quiso mantener la generosa oferta y consideró insostenibles las donaciones de la anterior administración estatal para la instalación de KIA, hasta que el caso se resolvió con apoyos extraordinarios del gobierno federal y la planta está funcionando”, recordó el director del CIGA.
Este no parece ser el caso de FORD en San Luis Potosí, añadió José Carmelo Zavala, a pesar de las 280 hectáreas regaladas por el gobierno estatal y otros obsequios fiscales que, por cierto, son facilidades no ofrecidas para empresas e inversionistas nacionales.
El gobierno federal apostó durante años a la industria automotriz, lo cual explica por qué según la monografía “Industria Automotriz”, elaborada por la Secretaría de Economía y dada a conocer en marzo de 2012, la participación de esta industria en las exportaciones la coloca como la más importante, superando incluso al sector petrolero.
“En 2011, la industria automotriz exportó el 22.5% del valor de las exportaciones totales. En 2011, cuatro de cada cinco vehículos producidos en México se exportaron, lo que posiciona a nuestro país entre los más importantes a nivel mundial, ocupando el lugar número 8 en manufactura y el 6 entre los principales países exportadores de vehículos automotores”, afirma dicho reporte.
Agregó que, en los hechos, al interior de México la industria automotriz no ha reaccionado con la lealtad que reclama, pues prácticamente hincó al gobierno mexicano para obligarlo a restringir la importación de carros usados mediante barreras fiscales, como los precios estimados exorbitantes y argumentos ambientales muy cuestionables.
Lo que hizo el gobierno federal, continuó José Carmelo Zavala Álvarez, fue prácticamente destruir el comercio de carros usados en la frontera, para proteger a la industria “nacional” automotriz, misma a la que ha cobijado con subsidios exagerados por tantos años.
Es cierto que el comercio de carros usados, añadió Zavala Álvarez, debe evolucionar hacia esquemas de mayor valor agregado, porque en las condiciones actuales está muriendo y no tan lentamente, pero es también innegable que el gobierno mexicano deberá replantear su política automotriz ante las políticas que impulsará el nuevo gobierno del país vecino.
“México apuesta a que finalmente se acepte y comprenda que Norteamérica es una sola región, una plataforma de producción complementaria y que los países que la integran, Estados Unidos, Canadá y México, no deben competir entre sí, pero en esto la moneda aún está en el aire”, finalizó el director del CIGA.