Tijuana BC 23 de abril de 2015 (GT).- Es un síndrome generado por la mala ingestión de la misma (azúcar de la leche), ya que para procesarla, las células del tubo digestivo deben sintetizar una enzima –lactasa- desde el tercer mes del embarazo y desarrollarse progresivamente para alcanzar su máxima actividad en el primer año de vida.
José Antonio Valerio, pedíatra del Hospital de Gineco Obstetricia (HGO) número 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, explicó que cuando no hay una adecuada digestión, el azúcar pasa directamente al colon, ahí las bacterias la fermentan y producen cambios osmóticos, gases y ácidos grasos de cadena corta, lo que explica el alto contenido de agua en las evacuaciones.
Indicó que esta afectación es frecuente en niños menores un año, quienes presentan cuadros clínicos con distensión abdominal, ruidos intestinales intensos, flatulencias, cólicos, diarrea líquida y explosiva; náuseas y vómitos entre otras manifestaciones como acidez en las heces que provoca enrojecimiento en la región perinatal.
Un diagnóstico certero por medio de la historia clínica y la exploración física del niño en ocasiones es suficiente, sin embargo, ante la duda se pueden realizar otras pruebas o estudios complementarios que permitan comprobarlo para indicar el tratamiento adecuado a través de la reducción de la lactosa, adicionando agua a la leche o bien, con una fórmula comercial apropiada.
La mejoría se presenta cuando se elimina la lactosa en los niños que presentan episodios prolongados de diarrea; no obstante, se ha demostrado que la leche materna reduce la sintomatología a pesar de su concentración de lactosa.
El especialista del IMSS en Tijuana advirtió que dado que la leche es el principal alimento de los bebés, la alternativa de restringir la lactosa no debe limitar el consumo de los nutrientes necesarios para preservar la salud del niño y promover su crecimiento normal; además de vigilar estrechamente el estado de hidratación y de ser posible continuar con el seno materno.
Finalmente, indicó, la intolerancia a la lactosa en los niños es frecuente, especialmente después de un evento de diarrea aguda.