Cómo Rusia está intentando aprovechar las diferencias entre China y Corea del Norte para aumentar su influencia sobre Kim Jong-un

Rusia 12 de mayo de 2017 (BBC Mundo).- El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, envió el pasado 3 de febrero cartas con felicitaciones por el Nuevo Año Lunar a numerosos líderes mundiales.

En la lista de países amigos del régimen de Pyonyang que recibieron esas cartas, la agencia de noticias oficial de Corea del Norte puso primero a Rusia, por delante incluso de China, tradicional aliado del país asiático.

El gesto de situar a Moscú al frente de esa jerarquía simbólica de aliados, que se repite por tercer año consecutivo, no pasó desapercibido y es citado por analistas como una muestra de un acercamiento entre ambos países.

Ante las dificultades que atraviesan las relaciones entre Corea del Norte y China, “Rusia ha aumentado su atención hacia la Península de Corea, preparada para forjar vínculos más fuertes con su aislado vecino”, escribió en un informe del 5 de mayo la firma de inteligencia Stratfor.

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Y aunque los posible beneficios económicos son “limitados”, la voluntad del presidente Vladimir Putin de profundizar los lazos muestra “el deseo de expandir su rol […] en el mantenimiento de la paz en la península de Corea”, opina Samuel Ramani, experto en política exterior rusa de la Universidad de Oxford, en la revista The Diplomat.

Pero, ¿en qué consisten esos vínculos entre Moscú y Pyongyang?

Transportes y energía

Según un reporte reciente de la agencia Reuters, un área en la que ambos países están cooperando es la de los transportes.

Un nuevo servicio de ferry con capacidad para 200 pasajeros y 1.000 toneladas de carga hará el trayecto seis veces al mes entre Corea del Norte y el puerto ruso de Vladivostok.

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Y según esta misma agencia, un jueves de finales del mes de abril cinco barcos petroleros con bandera norcoreana cargaron mercancía no identificada en puertos de la zona de Vladivostok antes de partir hacia Corea del Norte.

A principios de año, además, representantes de la compañía de ferrocarriles rusa visitaron Corea del Norte para discutir la expansión de sus lazos ferroviarios.

Otra materia de creciente cooperación entre ambos países es el sector energético.

Según explica Ramani, compañías siberianas han estado vendiendo petróleo a Corea del Norte.

Y esto ha sido una fuente “vital” de divisas para el régimen, que lo ha procesado en plantas químicas para venderlo luego a consumidores chinos, afirmaRamani.

Ambos países también han llegado a un acuerdo para repatriar a refugiados norcoreanos que han entrado en Rusia ilegalmente y disuadir a más desertores.

“Quieren mantener a la gente dentro de Corea del Norte porque cuantos más deserten a Rusia, más probabilidades hay que información negativa sobre el régimen llegue al mundo exterior y esto es una fuente de inestabilidad”, le dice a BBC Mundo Anthony Rinna, analista sobre Rusia del grupo de expertos Sino NK.

Una frontera común

Corea del Norte y Rusia comparten una frontera de 17 kilómetros y tienen una larga historia de relaciones comunes.

Tras la división de la Península de Corea entre la Unión Soviética y Estados Unidos, la Corea del Norte comunista y la Corea del Sur aliada de Estados Unidos se convirtieron en piezas dentro del tablero de la Guerra Fría.

Además de los vínculos ideológicos, Rusia y Corea del Norte mantuvieron fuertes vínculos económicos.

Cuando Putin llegó al poder en 2000 vio “el valor estratégico de mantener unas buenas relaciones con Corea del Norte”, afirma el informe de Stratfor.

Y en los últimos años la cooperación entre ambos se ha producido en asuntos estratégicos de Corea del Norte.

En 2014, Moscú condonó el 90% de la deuda de US$11.000 millones que tenía Corea del Norte y le permitió pagar el resto a lo largo de 20 años sin intereses.

El viceministro de finanzas ruso, Sergei Storchak, declaró a medios locales que ese dinero podría utilizarse para financiar proyectos mutuos.

Corea del Norte, por su parte, aprobó por primera vez las visas a largo plazo y de múltiple entrada para los ejecutivos rusos.

Rusia emplea en su territorio a miles de trabajadores norcoreanos (se calcula que fueron 50.000 los que recibieron permisos de trabajo en 2015) gracias a los cuales se estima que Corea del Norte recibe US$170 millones en remesas.

Esta expansión de la inversión rusa en Corea del Norte “ha arraigado el papel de Moscú como garante (junto con China) de la supervivencia del régimen de Kim”, según Ramani.

Y aunque los políticos rusos han apoyado consistentemente las sanciones contra Corea del Norte por su programa de armas nucleares y han criticado públicamente la política exterior del régimen, el Kremlin “ha jugado un papel crítico en aliviar el aislamiento económico de Corea del Norte”.

Como explica el editor del servicio ruso de la BBC, Famil Ismailov, Rusia ve al gobierno de Kim como “legítimo”, al contrario de lo que sucede, por ejemplo, en el caso de Estados Unidos.

Y el Kremlin quiere “ser visto como una mayor superpotencia”, por lo que si se fragua un plan para la disuasión nuclear de Corea del Norte, “Rusia quiere estar ahí”.

Esta semana, en una nueva muestra de divergencia entre China y Corea del Norte sobre la amenaza de nuevas sanciones, y en un tono poco habitual, la agencia norcoreana criticó la “insinceridad y la traición” de Pekín.

Rusia no es China

Aunque los expertos no ponen en duda el interés que Rusia tiene en estrechar lazos con Corea del Norte, algunos son escépticos sobre la viabilidad de ejecutar el plan.

“Las intenciones están ahí, pero también las limitaciones”, le dice a BBC Mundo Anthony Rinna, de Sino NK.

“A corto plazo, falta mucho para que Rusia pueda reemplazar a China como principal socio de Corea del Norte”, asegura Rinna.

Según el experto, “aunque China está cada vez más irritada con el comportamiento de Corea del Norte, no creo que la distancia sea tan grande como puede parecer”.

Los gobiernos y las élites chinas tienen muchos más contactos de alto nivel con Corea del Norte, más profundos por su naturaleza y profundidad, según Rinna.

Además Rusia carece del poder económico suficiente para influir sobre Corea del Norte de manera tan significativa, explica el editor del servicio ruso de la BBC.

“Rusia sabe que Corea del Norte es el patrio trasero de China y no va hacer nada que irrite a Pekín”, sentencia Ismailov.

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