Tijuana, B. C., 29 de enero de 2017 (GT).- En la actual crisis detonada o al menos generada parcialmente por la nueva administración en el gobierno de Estados Unidos, la sabiduría y las redes de los organismos de participación ciudadana son parte de la respuesta para encontrar una ruta de acción, en especial los surgidos de acuerdos paralelos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Así lo enfatizó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que los acuerdos paralelos del TLCAN son una fortaleza que debe preservarse para afrontar retos complejos de México, Estados Unidos y Canadá, porque la región es Norteamérica.
Destacó el papel de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), un organismo trilateral con sede en Montreal que resultó de los acuerdos paralelos del TLCAN, y a los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable (CCDS), que son órganos ciudadanos de consulta para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en todo México.
“La base social de los CCDS, junto a las redes y alianzas de conocimiento estimuladas desde la CCA, son parte de la respuesta para encontrar la ruta de acción, el camino hacia la sustentabilidad, por lo que los gobiernos deben revalorar estas alianzas y estos organismos, estableciendo un diálogo con ellos para lograr una cooperación efectiva”, dijo.
El director del CIGA recordó que en 1994, los acuerdos paralelos del TLCAN nacieron para evitar que contaminar fuera fácil o atractivo, así como para evitar que empresas de Estados Unidos migraran a México con una legislación ambiental menos exigente y con una menor capacidad de las autoridades para obligar a su cumplimiento.
Agregó que la CCA facilita la participación social organizada y estructurada con órganos diversos, como el Consejo Consultivo Público Conjunto (CCPC), con 15 ciudadanos, 5 de cada uno de los tres países; el Consejo Consultivo de Conocimiento Tradicional (TEK), y un Consejo Consultivo Nacional en cada país.
“Durante más de 20 años, la CCA ha construido un banco de información, una red de actores, generando programas y alianzas para construir un comercio más justo, equitativo y sustentable; aunque seguro falta mucho por hacer, es justo decir que los avances son muy importantes y el emblema de la CCA lo simboliza bien con una mariposa monarca”, opinó.
Zavala Álvarez consideró que la CCA marcó un antes y un después en la historia ambiental de Norteamérica y recordó que hoy existe una biblioteca virtual de la CCA con un gran acervo de información acerca de prácticamente todos los temas de interés para México, Estados Unidos y Canadá.
“Hoy los actores de la región, Norteamérica, tanto los nacionales de cada país, como los locales, están conectados, se conocen y reconocen: académicos, jóvenes, pueblos originarios, empresarios, organizaciones de la sociedad civil, pescadores, etcétera, se reúnen en torno a una mesa, convocados por la CCA”, explicó.
Añadió que en el caso de los CCDS, ya se convirtieron en una entidad con vida propia que superó a su interlocutor institucional, la Semarnat, porque ya rebasan las expectativas y el campo de acción de esta dependencia de gobierno, puesto que la sustentabilidad debe considerar no solo el aspecto ambiental, sino las variables económica y social.
“El tejido social y expectativas generadas por los CCDS no logran aún eco suficiente por los límites en las atribuciones de los funcionarios ambientales, pero en más de 20 años se construyó una gigantesca red nacional y heterogénea de actores locales, una fortaleza, una sólida red que teje la biodiversidad de los muchos Méxicos que coexisten”, opinó.
Así se gesta, continuó Zavala Álvarez, una nueva generación de CCDS, con la capacidad de gestión de los exconsejeros, sus áreas de influencia local, talentos reconocidos en la academia, líderes empresariales, organizaciones civiles profesionalizadas con capacidades globales, jóvenes entusiastas con información que reta a la experiencia y, finalmente, la sabiduría de los pueblos originarios.
“Con esta capacidad social-organizativa, lo que falta es un interlocutor institucional que rebase a una sola entidad de gobierno, un par institucional en el diálogo, pero este interlocutor deberá representar a los tres órdenes de gobierno, es decir, al gobierno en su conjunto; el concepto de sustentabilidad nos une y obliga a estrategias transversales”, finalizó.