Por Francisco Ruiz
Tijuana, B. C., 20 de mayo de 2018 (GT).- Por todos es conocida la reciente renuncia de Margarita Zavala a su candidatura como aspirante presidencial independiente. “Tercer grado” fue el escenario que la expanista eligió para dar a conocer su decisión.
Su participación pareció muy auténtica, menos acartonada, más fluída. Se mostró valiente y logró la empatía de sus entrevistadores y de la audiencia. Por ello, estoy cierto que las tendencias en la preferencia electoral le hubieran favorecido después de dicha entrevista. Destaco dos de sus reflexiones: “…pidan más, pidan que ser honesto no sea un acto heroico…”, y se refirió a la participación femenina en la política con una respuesta contundente “…es más difícil, pero dile a tu hija que será más fácil para ella…”. También llamó “ropavejero” al señor López, porque recoge todo lo usado. El mote resultó adecuado.
Su campaña evidentemente fue de posicionamiento y con intenciones de negociación, negoció bien y ello beneficiará a Pepe Meade. Así, las estrellas del candidato sin militancia, se alinean a su favor.
Hay una canción de Chayito Valdez que dice “…la suerte te depara una sola caída…¡pero hasta el fondo!”. Me refiero a la candidatura del señor López, quien asegura que va muy pero muy arriba, cuidado porque entre más alto más dura será la caída.
Lo alarmante es la posición de sus simpatizantes a quienes les he cuestionado “¿estas preparado para la derrota?”. El silencio es su respuesta. Consideran que la victoria les pertenece, como si fuera un bien y no una competencia. Ni siquiera contemplan como idea, la derrota les es ajena. Al igual que el señor López no está preparado para los debates, no considera la posibilidad de encabezar un mal gobierno y es ajeno a la realidad mundial. El segundo debate lo evidenció ante los electores, lamentablemente la visión obtusa, sesgada y obcecada impide tener una panorama amplio. Justifican, defienden, atacan y descalifican pero desdeñan la autocrítica.
En este segundo encuentro, no fueron dos de tres caídas y si hubo límite de tiempo en un nuevo formato. Lástima por los moderadores, quienes tuvieron un pésimo desempeño.
El señor López se mostró más activo y relajado, sin embargo queda claro que sus recursos son muy limitados. No tiene argumentos ni estrategias, no fundamenta su dicho. Todo lo sintetiza en buenas intenciones y eso no resuelve problemas ni potencializa a México.
Anaya mostró una imagen por demás desesperada. Las acusaciones en su contra y el relanzamiento de la campaña de Pepe Meade lo traen azorrillado. He escuchado la siguiente frase en varias bocas: “para saber mandar, se debe aprender a hacer”. La interrogante es, ¿qué sabe hacer Anaya? Leer. Lee y mucho, pero la toma de decisiones requiere, además de conocimiento teórico, experiencia probada, algo que no tiene.
De cinco camerinos que se instalaron en la UABC campus Tijuana, uno quedó vacío. En resumen, se trató de un debate colmado de protagonismos: los anfitriones, los moderadores y la ausente.
Post Scriptum.- “A veces la contribución democrática no es el protagonismo sino la ausencia”: Margarita Zavala.