Tijuana, B. C., 18 de julio de 2016 (GT).- El comercio local debe volver a ser lo que fue en sus orígenes, un instrumento de relaciones entre individuos para la distribución de bienestar y un eje central para la construcción de comunidades, pues un comercio justo y respetuoso del medio ambiente tienen hoy un papel protagónico en la sustentabilidad.
Así lo destacó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), quien recordó que en la construcción de comunidades en la historia de la humanidad el comercio ha sido un eje central, como instrumento de relaciones entre individuos y, en la actualidad, entre países asociados en bloques regionales.
“La frontera de Baja California y California es la zona más experimentada en la práctica del comercio y su relación con el medio ambiente, porque aquí se ponen a prueba las teorías y regulaciones, aquí se reinventa, se innova, se vive y se estudia la mezcla compleja de variables como sociedad, medio ambiente y economía”, opinó Zavala Álvarez.
El director del CIGA añadió que la historia de Tijuana ha sido básicamente la historia de su comercio, pero ahora es importante que el comercio retome su papel protagónico, pues desde el comercio puede y debe materializarse la sustentabilidad en prácticas como la reducción, el reúso y el reciclaje de residuos.
La frontera de Baja California y California es protagonista de la Alianza sobre Clima, Energía y Medio Ambiente anunciada semanas atrás en la Cumbre de Ottawa, Canadá, donde los presidentes de Estados Unidos y México, así como el primer ministro de Canadá, acordaron un plan de acción para que en 2025 la mitad de la energía de la región proceda de fuentes limpias.
Hay que recordar, enfatizó, que el trabajo documental hecho por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) para llegar a esta alianza, fue en el marco de un acuerdo comercial, el Tratado de Libre Comercio; es buena noticia que el más alto nivel político de los tres países retome y relance la agenda de trabajo que la CCA ha impulsado por más de 20 años, es un paso destacado rumbo a la sustentabilidad.
“Localmente, varios son los temas destacados donde tenemos que asumir un papel protagónico: energía, residuos, carros y biodiversidad son temas de Norteamérica y locales, porque en la frontera lo local es internacional; además, viene un boom energético en el estado, pues en los próximos 5 años se detonarán proyectos eólicos y solares, 6 o 7 ya están casi listos”, afirmó.
Opinó que los carros son un caso especial y debe existir un balance entre producción y reúso, así como aprovechar la modernización tecnológica para tener vehículos limpios y con un mayor rendimiento del combustible, pero en la frontera hoy el comercio de autos usados enfrenta obstáculos y la capacidad de gestión de la industria automotriz -no tanto la firmeza de sus argumentos- está limitando las posibilidades del reúso.
Destacó que reusar las cosas tiene un impacto ambiental 30% mejor que reciclarlas y por ello es un error limitar el reúso de algo que consume tantos recursos en su producción, como lo son los vehículos; en otro ejemplo, añadió que tan solo reusar una botella de plástico es reducir kilos de basura.
En materia de residuos, recordó que Tijuana genera casi 2 mil toneladas de basura al día, de ahí la importancia de separar y clasificar los residuos sólidos urbanos desde su punto de origen, pero aclaró que la solución de largo plazo es generar menos residuos, si se cambian los patrones de consumo, se usan menos desechables y se crea una ley de empaques y embalajes.
“Esperamos un mayor esfuerzo de los gobiernos locales para el manejo de residuos y la separación desde el punto de origen, porque los municipios de Baja California no han podido cumplir con las regulaciones actuales y se requiere una mejor operación de los rellenos sanitarios en todo el estado, especialmente en el caso de Tecate”, comentó.
También, finalizó Zavala Álvarez, es necesario recuperar metano desde lodos de tratamiento de aguas residuales y tomar acciones en El Jibarito, en Tijuana, donde se pierden -sin lógica económica ni ambiental- grandes cantidades de metano, además está el metano que se genera y se va hacia la atmósfera desde cientos de tiraderos clandestinos.