Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 4 de mayo de 2016 (GT).- El pasado fin de semana, ocurrió algo casi insólito : el expresidente de Coparmex Tijuana, Gustavo Fernández de León, les dió una cátedra de política a los miembros de un grupo político.
No es una novedad, que un representante de alguna organización empresarial, sea invitado a un grupo político, a exponer sobre las condiciones que guarda el panorama local y nacional.
Por eso no extrañó a nadie, que el invitado de la reunión sabatina del Grupo Político “Jesús Reyes Heróles”, encabezado por Francisco De la Madrid Romandía, fuese el expresidente de Coparmex Tijuana. Incluso se anunció que se le haría un reconocimiento, por la labor realizada, al frente de dicha organización empresarial.
Cuando se le dió el uso de la voz, ocurrió lo que nadie imaginaba. Les hizo una detallada exposición de lo que para los empresarios representa la actividad política.
Les dijo, que efectivamente la política interesa a los empresarios, porque saben la importancia de participar, en el buen sentido de la palabra, para mejorar las condiciones socioeconómicas en que vive la comunidad.
Que les preocupa, el excesivo número de partidos políticos, pero que se pronuncian a favor de que cada día haya mejor calidad de políticos.
Les señaló, que hay quienes confunden los negocios públicos, con los negocios privados. Lamentó que haya quienes inviertan en la política, pretendiendo obtener utilidades y advirtió que no deben confundirse.
Les recordó algunas expresiones de Reyes Heróles, sobre los negocios y la política.
Por ejemplo, les comentó que el políticos mexicano señalaba que : “los hombres de negocios y los políticos, ni deben confundirse, ni menos caer en la doble función; los únicos negocios que a los políticos o funcionarios, deben interesar, son los negocios públicos. Que los negociantes se ocupen de los negocios privados”. Como diciendo : “zapatero a tus zapatos”.
Y citó otra expresión, aquella que refiere que : “Hay quienes esporádicamente intervienen en la política con el ánimo de hacer una buena inversión económica. Intentan, con estas intermitentes incursiones, no solamente recuperar lo que consideran su inversión, sino multiplicarla, de tal manera, que produzcan los más altos dividendos posibles en el mundo”.
Por eso, Reyes Heróles concretó que : “Ni los negocios deben llevar la política, ni la política a los negocios”.
El tema es sumamente interesante. Y delicado. Porque mezclar negocios y política, es lo que ha distorsionado los objetivos de la función pública y resulta interesante que sea un empresario, el que se los recuerde.
Nadie puede negar, que muchos de los grandes capitales mexicanos, se han formado a la sombra de la política. El dinero invertido en política, genera más utilidades que en las empresas privadas.
Esto lo han aprendido en la práctica, muchos inversionistas. Crecen sus empresas, gracias a sus negocios con los políticos.
Pocos son los que se interesan por gobernar. Financiar a los políticos, les basta para hacer buenos negocios.
Esa es la base de la corrupción, que aunque es el mayor mal de México, sigue siendo la “industria sin chimeneas”, más común. Y más próspera.
Debe persistir el pensamiento de Jesús Reyes Heróles. Los empresarios a sus empresas. Los políticos a la función Pública. Pero que no se confundan, que no quieran hacer negocios en el gobierno.
Lamentablemente es tan delgado el hilo entre negociantes y políticos, y el dinero es factor común entre ambos. Negociantes y políticos quieren ganar la mayor cantidad de dinero posible, con el menor de los esfuerzos.
No es mala la participación de empresarios en la política, en la medida en que compitan entre ellos mismos, con buena calidad y precios, lo que redunda en buenas obras y productos de calidad, en beneficio de la comunidad.
Lo malo es que, a base de dádivas y componendas, acaparen negocios y busquen utilidades mal habidas. Pecios inflados y productos defectuosos.
Bajo esa óptica, de perversión, son nocivas las relaciones entre empresarios y políticos.