Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 17 de febrero de 2016 (GT).- La interpretación de la llamada equidad de género, por parte del Instituto Nacional Electoral, primeramente desconcertó a los políticos y a todos los ciudadanos en general.
Luego provocó incomodidades y finalmente se está convirtiendo en un serio malestar y está a punto de convertirse en una rebelión.
Nadie se atreve a dar el primer paso para combatirla, por temor al linchamiento social. Sobre todo, nadie encuentra cómo hacerle, sin verse mal.
Lo cierto es que la Constitución General de la República, salvo prueba en contrario, no faculta al INE, para aplicar “a rajatabla” criterios sobre la paridad de género.
La Carta Magna establece que : “ El varón y la mujer son iguales ante la ley”.
Por lo tanto, un ensenadense, por ejemplo, puede argumentar que los líneamientos establecidos por el INE, que le impidan competir para la alcaldía del puerto, son violatorios de sus derechos constitucionales.
Así mismo, la Constitución Federal otorga a los partidos políticos el
“garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales”. No refiere a los municipios, ni tampoco habla de una supuesta preferencia a favor de las mujeres.
Lo peor, es que, bajo el principio aquel de que “el que es buen juez, por su casa empieza”, las instituciones electorales y de justicia, no aplican, para su integración, la pretendida paridad de género.
Empezando por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, integrada por 10 ministros y un presidente, cuenta solamente con dos integrantes del sexo femenino.
Incluso, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, tampoco. Integrado por 10 Consejeros y un presidente, cuenta solamente con tres Consejeras.
¿Cómo es que pretenden obligar a los partidos políticos, en que al designar sus candidatos, den preferencia a las mujeres y se consideren no solamente municipios y distritos electorales perdedores, sino también ganadores?
Porque esto es lo que trae de cabeza a los dirigentes de los partidos políticos. Por ejemplo, para el PRI, siendo Tijuana, Ensenada y Tecate, municipios ganadores, supuestamente está obligado a postular mujeres para las alcaldías de dichos municipios.
En el caso del PAN, que en el pasado proceso electoral local, solamente ganó Mexicali y Playas de Rosarito, debe postular mujeres para las alcaldías de ambos municipios.
Se entiende que el INE pretende evitar que se judialicen los procesos electorales del 2016.
Pero pasa por alto, que ni siquiera en la integración de la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal, se aplica la paridad de género, cuando de 7 magistrados que la integran, solamente uno es mujer.
Pareciera que la intención es estropear los procesos electorales, alentando a las mujeres, para que reclamen posiciones, haciéndoles creer que la paridad de género, les otorga ese derecho.
Definitivamente, no se pueden otorgar, ni reconocer derechos, que atentan contra derechos fundamentales del individuo, como el votar y ser votado.
Claro, las mujeres andan que “se lamen los bigotes”. Hay muchas mujeres, pero pocas activistas en los partidos políticos.Dan brincos de júbilo, porque, por la interpretación del INE, los partidos políticos están obligados, supuestamente, a postular mujeres. Cabría preguntarles : ¿Y su nieve, de que la quieren?
Con tales interpretaciones, el INE se está excediendo de las facultades que le otorga la Constitución, que básicaente son relativas a la logística y operación de los comicios.
Las mujeres están felices, porque les favorecen.
Los resultados de los comicios de junio del presente año, demostrarán que el favorecer a las mujeres, “a chaleco”, va a ser contraproducente, para todos.
Para empezar, los propios partidos políticos, tienen problemas, no solamente para encontrar el número suficiente de mujeres capacitadas, que les garanticen triunfos electorales.
De paso, frustra a sus militantes, hombres, quienes luego de haberse estado preparando para las elecciones próximas, resulta que no podrán aspirar a las alcaldías de los municipios en los que sus respectivos partidos hayan triunfado en los pasados comicios.
A riesgo de ser linchado, el primero en alzar la voz, en cuanto a la paridad de género, que pretende interpretar y aplicar con rigidez el INE, lo fue el Presidente de Coparmex, Mexicali, Francisco Florentini.
El dirigente empresarial, manifestó que es un exceso, la determinación del INE de que en la entidad, 3 de las cinco alcaldías de la entidad, deben ser para mujeres y 9 de las 17 diputaciones.
La opinión la externó, previo el “con el debido respeto”, pero advirtió que la condición femenina, no es garantía de que se puedan tener buenos gobiernos. De inmediato surgieron las descalificaciones para el dirigente de Coparmex. Varias féminas quisieran “quemarlo en leña verde”.
Muchos políticos, seguramente están arrepentidos, de haber avalado la paridad de género. Hoy preparan una rebelión.