Las “Juanitas”.

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana 13 de febrero de 2016 (GT).- Antes de pensar en la paridad de género, reconociendo la importancia de la participación de la mujer en política, se crearon las cuotas de género.

Cuentan, que la primera cuota de género, se aplicó, como una mera sugerencia para los partidos políticos, en los comicios de 1997. Deberían postular el 70% de candidatos de un mismo género. Obviamente, sin decirlo específicamente, se trataba de postular el 70% de hombres y el 30% de mujeres.

Pero esto era puro cuento. En la práctica, las mujeres servían meramente de “prestanombres”. Las registraban como candidatas y luego de las elecciones, las hacían que pidieran licencia o en su caso que no asistieran a las labores legislativas.

La legislación permite que los Presidentes de ambas Cámaras, convoquen al suplente del legislador que no se presente a laborar. Curiosamente, en todos los casos, los suplentes eran hombres. Líderes sociales, empresarios, periodistas.

En el 2006, la cuota de género fue modificada : 60% y 40%. Pero siguió siendo una farsa.

En el 2009, se registró un caso, que resultó un escándalo. Siendo Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal, quería que una mujer, Clara Brugada, fuera electa jefe de la delegación de Iztapalapa.

Parecían imposibles de cumplir, los deseos de Andrés Manuel, pues quien prácticamente tenía el triunfo en la bolsa, era un individuo, de nombre Rafael Acosta Angeles, conocido comúnmente como “Juanito”. Batallaron, pero finalmente lograron convencerlo de que participara en la contienda electoral y de lograr el triunfo, cediera su lugar a Brugada.

La popularidad de “Juanito” era enorme. Y su cinismo también, pues el compromiso fue propalado abiertamente, aunque una vez electo, Rafael se negaba a cumplirlo. Hasta que finalmente –no ha de haber sido de a gratis- se retiró del cargo y Clara se convirtió en colaboradora de Andrés Manuel.

Ese mismo año, en septiembre de 2009, se registró un fenómeno político. Diez diputados federales electos, solicitaron licencia para dejar la curul, apenas habían tomado posesión. 8 de ellos eran mujeres.

De esa manera, sus suplentes, hombres, se integraron a la Cámara baja, brincando la regla de la cuota de género, del 60% y 40%. Por la proximidad del caso de Rafael Acosta, que dejó el cargo a Clara Brugada, a las legisladoras que dejaron sus curules para que entraran sus suplentes, fueron identificadas como “las Juanitas”.

Tratando de evitar que casos tan bochornosos se repitieran, se modificó la legislación electoral, estableciendo que los suplentes deberían ser del mismo género que los titulares. Ya no habría más “Juanitas”.

Además, maduró el trato hacia las mujeres y la cuota de género, que exigía a los partidos políticos postular un determinado porcentaje de candidatos de un mismo género, o sea la regla del 60% y 40%, fue sustituido por la figura de la paridad o equidad de género.

Resignados, los dirigentes de los partidos políticos, y en especial los militantes del sexo masculino, consideraron que esto implicaba ceder el 50% de las candidaturas a las mujeres y que en caso de que sobrara una, dejarla a los hombres.

Por ello el 25 de enero del presente año, el Consejo Político Estatal del PRI, acordó que de las candidaturas para las cinco alcaldías de Baja California, 3 serían para hombres y 2 para mujeres.

Estaban por publicar las convocatorias para que se registraran los priístas aspirantes a munícipes y legisladores, cuando el INE los paró en seco. Advirtiendo las irregularidades en que estaban incurriendo, se reunió el Consejo General y estableció criterios para el manejo de la paridad de género.

Fueron un total 14 lineamientos, pero fue el número 4, el que más sobresaltos provocó. En este se precisó, algo que disipó las dudas sobre la asignación de candidaturas, cuando el número de estos fuese impar, como en el caso de Baja California ; 5 municipios y 17 distritos electorales.

El citado lineamiento, establece lo siguiente : “Cuando sea impar el número total de candidaturas postuladas por algún partido político, coalición o candidatura independiente para un cargo de elección popular, el número mayoritario deberá corresponder al género femenino”.

De ahí pues que en Baja California habrá 3 candidatas a alcaldes y 9 candidatas a diputadas locales. Y eso no es todo, se establecieron reglas, para evitar que a las mujeres se les asignaran solamente posiciones perdedoras. Esto es lo que los tiene titubeando, en cuanto a la determinación del género, para las postulaciones.

Siendo preferente la mujer, en tanto que para el, PRI son ganadoras las alcaldías de Tijuana, Ensenada y Tecate, cualquiera de esas tres deben ser asignadas a una mujer. Luego la siguiente a un hombre y la tercera a una mujer, la cuarta a un hombre y la quinta a una mujer.

El orden podría ser : Tecate a una mujer, Tijuana a un hombre, Playas de Rosarito a una mujer, Mexicali o Ensenada a un hombre y la que restara, a una mujer.

Esto ocasionó, que los diputados que habrían de solicitar licencia, para postularse, omitieran hacerlo, por el momento. Gustavo Sánchez, coordinador de la fracción parlamentaria del PAN, casi estaba seguro que iría por la alcaldía de Mexicali, pero debido a la paridad de género, la candidatura se la capital del estado será asignada a una mujer. Y Gustavo se quedará “chiflando en la loma”. A menos que cambie de sexo.

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