Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 1 de enero del 2016 (GT).-Los seres humanos somos cíclicos. Vivimos a base de ciclos o períodos de vida.
Después de un día de mala racha, esperamos que al siguiente, todo cambie y sea mejor.
Y así pasa con períodos más largo. Una semana, un mes e incluso un año. Siempre estamos anhelando, que el siguiente sea mejor que el anterior.
Pero nada hacemos por lograrlo. Todo lo dejamos a la suerte.
Algunos ruegan a la divinidad, que nos haga el milagro y que nos toque el premio mayor de la lotería, aunque no compremos boleto.
Quisieran despertar y encontrar un auto nuevo, a la puerta de la casa. Sería sensacional.
Que alguien nos de la noticia de que falleció un pariente lejano y que nos dejó una herencia millonaria.
No entienden, que la vida no cambia, tan solo por el transcurso del tiempo. Se agotó el calendario y hoy empieza un nuevo cíclo. Y todo sigue igual. O peor.
Efectivamente, hay factores externos, que afectan nuestra vida diaria. Generalmente en forma negativa.
También los hay personales, internos, como una enfermedad o una cuestión física, que hace crisis.
Y no se trata de ser pesimista. Decir que tenemos que conformarnos, porque las cosas serán así y no cambiarán.
Por el contrario, cada persona es arquitecta de su propio destino. Los posibles cambios, positivos, dependen de nosotros mismos.
No es solamente una cuestión de tiempo, sino de actitudes.
El tiempo transcurre y lo va a seguir haciendo, hasta que se nos agote la vida. Y conforme avanzamos en edad, es como si subiéramos a lo alto de una montaña y después viene el descenso.
Pero, el verdadero cambio, es producto de las actitudes de nosotros mismos.
Un ser humano, es como un animal. Si no se cultiva, si no se prepara, no logra superarse.
Aquel que se preocupa por mejorar, tarde que temprano mejora. El tiempo no pasa en vano.
Observen esto, a propósito del momento que vivimos ahora que concluye el 2015 y empieza el 2016.
Nada cambiará por el simple hecho de que empiece un nuevo año. Aunque lo deseemos con todas nuestras ganas o intenciones.
Se requiere tener la actitud, o sea el coraje, la voluntad. El propósito, de luchar para ser mejores en el cíclo de vida que empieza.
Si no se logra, al menos la mejoría anhelada, persistir en ese intento. Tarde que temprano habremos de lograrlo. Solamente el que no arriesga, no lo logra.
No se hagan bolas. Nada de caer en pesimismos frustrantes. Nada de eso.
Es importante ser positivos. Desear las mejores cosas a los demás y en especial para nosotros mismos.
Pero es necesario ir más allá que el expresar el deseo de mejorar. Hay que pasar del deseo a la acción. El luchar en todas las formas posibles, para lograr cristalizar esos deseos.
Las cosas mejores, a las que todos tenemos derecho, no caen del cielo, ni son producto de milagro alguno.
Son producto de las actitudes del ser humano. La constancia, la persistencia, el esfuerzo diario, tarde que temprano darán el fruto anhelado.
Si no nos preocuparamos por mejorar. Sobre todo, si nada hiciéramos por mejorar, todos seríamos iguales. O más o menos iguales.
No, la vida es un reto diario. Al final, triunfan, quienes lucharon para ello, no los que rogaron a la divinidad que les hiciera el milagro.
Ocurre, en todas las actividades humanas. El deporte, la cultura, el arte e icluso en los negocios.
Hechas tales observaciones, si quieren mejorar sus condiciones de vida, en este 2016 que empieza, no solamente lo deben desear, sino que deben luchar, a partir del día primero de enero y cada uno de los 365 días del año, para lograrlo.
Conste, no es una cuestión milagrosa. Las mejoras, son el resultado de una lucha diaria. Es el resultado de actitudes para ello.
Pinten una raya, para marcar el lugar en que se encuentran. Dedíquense a luchar por mejorar, en todos los aspectos de la vida. Dentro de un año, se sorprenderán al observar lo que han logrado. Entonces, orgullosos, satisfechos, dirán a todo mundo : ¡feliz año!
Y nuevamente, empezarán el siguienre año, luchando por ser mucho más de lo que ya son. Sentirán que todo les favorece : la suerte, la religión, los negocios, la vida toda. Vale la pena el esfuerzo diario. ¡Felicidades!