Por: Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 23 de octubre de 2015 (GT).- De muchos es sabido, que en los últimos años, las derrotas del priísmo en Baja California, se han debido, principalmente, a que está dividido en dos corrientes, muy marcadas, el castrotrentismo y el hankismo.
El divisionismo surge, cuando en los comicios locales del 2007, Hank Rhon, quien contendió como candidato del PRI a la gubernatura estatal, sufrió una fea derrota electoral ante el panista José Guadalupe Osuna Millán, quien lo superó por 10 puntos porcentuales.
Luego de haber laborado juntos durante casi tres años, Hank como Alcalde de Tijuana, y Fernando Castro Trenti, como Secretario General del Ayuntamiento, abandonan el gobierno municipal, para participar en el proceso electoral. Hank como candidato a Gobernador y Castro Trenti como el coordinador de su campaña.
Cuentan, que en el accidentado proceso, que culminó con la derrota del priísta, se registró una seria fricción entre ambos personajes, supuestamente porque Hank acusaba a Castro Trenti de su derrota. A partir de entonces cada quien empezó a formar su propia corriente política.
Lo interesante fue que Hank es empresario, más que político. Y en el terreno de la política, Castro Trenti se lo lleva de calle. Prueba de ello, es que, por los compromisos políticos y las relaciones logradas, al lado de Hank, Fernando llega al Senado de la República, por la vía plurinominal, donde logró establecer contacto con el sonorense Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la fracción parlamentaria priísta.
Bajo la sombra de Beltrones, luego de concluir su gestión en el Senado, Castro Trenti logró una diputación federal, también por la vía plurinominal, la que tuvo que abandonar en el 2013, para contender por la gubernatura de Baja California, perdiendo ante el panista Kiko Vega. En la curul federal, fue suplido por Adán Ruiz, secretario Particular del exPresidente Carlos Salinas de Gortari.
Ya no pudo regresar a la legislatura federal, porque el Presidente Enrique Peña Nieto lo designa Embajador de México en Argentina, cargo que asume el 6 de febrero de 2014. Pierde el contacto con Beltrones, quien para entonces era el coordinador de los legisladores priístas.
Para muchos, el cargo diplomático, fue el exilio. Para otros, un premio. Lo cierto es que cada día fue más notorio el distanciamiento entre Beltrones y Fernando. Pese a la distancia, Fernando continuó teniendo el dominio del priísmo en Baja California. Varios de los integrantes de su corriente, fueron premiados con delegaciones federales, en tanto que los hankistas, no agarraron nada.
Por cierto, se da casi como un hecho, que la contienda por la gubernatura, en el 2013, la perdió Castro Trenti, porque su rival político, cabeza del hankismo, se alió con el candidato panista, Kiko Vega.
Aunque, casi a la fuerza, durante la contienda electoral, Hank Rhon tuvo que simular que apoyaba a Castro Trenti en su candidatura a la gubernatura. Los resultados finales, mostraron todo lo contrario.
Mientras Castro Trenti, asumía las funciones diplomáticas, Manlio Fabio Beltrones logró convencer al equipo de Peña Nieto, que lo había obligado a desistirse de sus aspiraciones a la Presidencia de la República, al grado de tener que abandonar la precampaña, pregonando con resignación “mañana empiezo otra vez”, que es un excelente operador político. Le atribuyen, en gran parte, la aprobación de las reformas estructurales.
El trabajo legislativo, por una parte, y el desgaste sufrido por la mayoría de los integrantes del equipo de Peña Nieto, al acercarse la sucesión presidencial del 2018, le abrieron la puerta a Beltrones para que hacerse cargo de la recomposición del PRI.
Cuando se empieza a dar esa proyección, muchos presumían que Castro Trenti dejaría la Embajada de México en Argentina, para integrarse al equipo del nuevo dirigente nacional del PRI, directamente en la Ciudad de México, o con alguna representación especial, como operador político en el país, para abonar a la posible candidatura presidencial de Beltrones.
Lo cierto es que Castro Trenti, ni siquiera apareció cerca de Beltrones, a su llegada a la dirigencia nacional del PRI. Más bien, parecía que tenía instrucciones de mantenerse alejado. La supuesta justificación fue, de que no podía dejar de atender la comisión asignada por el Presidente Peña Nieto.
Sin embargo, se percibía que resultaba extraño que no se integrara al equipo de Beltrones, a cuyo lado, como jerarca máximo del priísmo, le aseguraba su participación en la sucesión presidencial del 2018, teniendo como candidato al sonorense, y a partir de ahí, a “jugar en ligas mayores” de la política mexicana.
Empero, hay quienes piensan, que se acabó “la suerte” de Castro Trenti. Que se quebró su relación con Beltrones. Que por eso, no lo mandó llamar, para que se hiciera cargo de la dirigencia estatal del PRI en Baja California, que estaba en manos del castrotrentismo, a través de la ahora diputada federal Nancy Sánchez Arredondo.
La interpretación de todo esto, es que Manlio Fabio designó a su ahijado Chris López, como única forma práctica de acabar con el divisionismo del PRI en la entidad, tratando de evitar posibles derrotas electorales en los próximos comicios.
A partir de ahora, ni castrotrentismo, ni hankismo. A partir de ahora, como dicen los chavos “rifará” el beltronismo. Hasta René Mendívil, heredero de Castro Trenti, dice : “Un partido, no puede vivir al compás de los caprichos de unos cuantos”. Más claro, ni el agua.